Entre gritos desesperados decenas de aficionados de dos equipos locales de Guinea Conakry están aprisionados en una montaña humana de hasta tres infranqueables metros de altura. Unos intentan ayudar tirando sin éxito de piernas y brazos, mientras algunos de los que escapan por los muros del estadio de fútbol saltan y pisan a los atrapados en esta trampa mortal.Todo empezó con un penalti y una decisión arbitral que enfureció a los hinchas. Las pedradas y los gases lacrimógenos de la policía precedieron a este caos. El balance provisional oficial es de 56 fallecidos. A través de un comunicado, el presidente Doumbuya, en cuyo honor era el partido de fútbol, ha transmitido sus condolencias a los familiares de las víctimas, entre ellas varios niños.

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