Tras hablar con Halis y llegar a un acuerdo, Kazim, con su tono desafiante habitual, le ha informado a Suna que el conductor de los Korhan la está esperando abajo y que, a partir de hoy, vivirá en la mansión.

Antes de dejar que se marchara, le ha lanzado una amenaza que aún resuena en el aire: «La tolerancia que he tenido contigo y con tu hermana se ha acabado. Pendes de un hilo. Quiero saber todo lo que ocurre en esa casa; vendrás y me lo contarás todo».

Así, Kazim, implacable, le ha advertido que si descubre una mentira, las consecuencias serán graves.

Por su parte, Suna, llena de miedo, no ha tenido más remedio que aceptar las condiciones de su padre. Ahora, su destino queda en manos de Halis e Ifakat. Bajo su protección, Suna comienza una nueva etapa en la mansión.

Además, Ifakat, encargada de su educación, ya ha asumido la responsabilidad de moldear a Suna para que se convierta en una joven digna de encontrar un hombre adecuado con quien casarse y, por supuesto, a la altura de los Korhan.


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