El tratamiento de la insuficiencia venosa ha evolucionado hacia técnicas menos invasivas y más efectivas, con un enfoque en la recuperación rápida y minimizando las molestias. Las novedades recientes, como los adhesivos y la ablación con o sin calor, están transformando la forma en que se aborda esta afección, ofreciendo mejores resultados y una mayor comodidad para los pacientes.
Así lo afirma el doctor Enrique Puras Mallagray, jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular en Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y en el Centro Médico Quirúrgico Olympia (Madrid), y experto en técnicas de diagnóstico de las enfermedades vasculares basadas en ultrasonidos y en tratamientos mínimamente invasivos en este campo, quien recuerda que la insuficiencia venosa crónica (IVC) es una condición bastante común en la población española, afectando especialmente a adultos y a las personas mayores.
Tal y como indica, la IVC es una infección en la que las venas no cumplen de manera parcial con su misión para llevar la sangre de las extremidades de vuelta al corazón, debido al daño en las válvulas que existen en su interior y que de manera natural previenen el reflujo de la sangre.
De manera resumida, apunta el doctor Puras, los síntomas de insuficiencia venosa suelen empeorar con el tiempo si no se trata de forma precoz, siendo los principales síntomas:
- Edema o hinchazón: principalmente en los tobillos y en las pantorrillas, que suele empeorar al estar de pie, o al sentarse durante períodos prolongados.
- Dolor o pesadez: sensación de pesadez, de calambres, o dolor en las piernas, sobre todo en las horas finales del día; las personas suelen sentir que sus piernas están más pesadas y fatigadas.
- Varices: venas dilatadas y visibles en la superficie de la piel que, con el tiempo, pueden volverse tortuosas y dolorosas.
- Cambios en la piel: dermatitis ocre, sequedad, picazón o erupciones, generalmente alrededor de los tobillos, que pueden aparecer manchas marrones o púrpuras debido a la microfiltración de sangre desde las venas.
- Úlceras venosas: en casos avanzados pueden desarrollarse úlceras en la piel, generalmente alrededor de la cara interna de los tobillos, que tardan mucho en cicatrizar.
- Prurito (picor): la acumulación de líquido y los cambios en la piel pueden provocar picazón en la zona afectada.
Principales complicaciones
Aunque las varices y otros síntomas iniciales de la IVC pueden parecer inofensivos o meramente estéticos al principio, tal y como advierte Puras, sí es fundamental no desatenderlos, ya que la condición puede progresar y llevar a complicaciones serias con el tiempo. “Ignorar estos síntomas puede tener varias consecuencias negativas a largo plazo”, sostiene.
Principalmente, el doctor Puras habla de la progresión a insuficiencia venosa crónica grave: “La acumulación de sangre en las venas puede empeorar con el tiempo, afectando cada vez más el flujo sanguíneo. Esto puede llevar a una insuficiencia venosa crónica que se vuelve más difícil de tratar y es más incapacitante”.
Asimismo, señala que otra complicación grave podría ser la formación de úlceras venosas, dado que, en las fases avanzadas, la presión venosa elevada puede dañar la piel y los tejidos subyacentes, dando lugar a úlceras venosas, que son heridas abiertas, dolorosas, y difíciles de cicatrizar.
Igualmente, este angiólogo precisa que en el largo plazo otra de las complicaciones de la IVC puede ser la Trombosis venosa profunda (TVP), la formación de coágulos en las venas profundas de las piernas, una afección grave, ya que, si el coágulo se desprende, puede desplazarse hacia los pulmones y causar una embolia pulmonar, una situación potencialmente mortal.
A su vez, mantiene que pueden darse cambios en la piel. Esta puede volverse más frágil y propensa a la decoloración y a la sequedad, así como a la inflamación, e incluso al endurecimiento de los tejidos circundantes (lipodermatoesclerosis); al tiempo que menciona las infecciones, fruto del estancamiento de la sangre en las venas varicosas, como la celulitis, que puede causar fiebre, dolor y un empeoramiento de la inflamación de la piel.
Aparte del dolor crónico y de la fatiga en las piernas, que tienden a empeorar con el tiempo, igualmente dice que pueden producirse problemas estéticos y psicológicos ya que, aunque las várices y otros signos externos puedan parecer sólo un problema estético, muchas personas experimentan impactos emocionales y psicológicos, «como baja autoestima, ansiedad, o incomodidad por la apariencia de sus piernas».
Últimas novedades en tratamientos
Con todo ello, este experto en el tratamiento de IVC mantiene que los procedimientos habituales buscan aliviar los síntomas, prevenir las posibles complicaciones, y mejorar la circulación en las piernas. “Las pautas principales incluyen tanto medidas conservadoras (ejercicio regular, mantener un peso saludable, evitar estar sentado largos periodos de tiempo, elevación de las piernas, medicamentos venotónicos), como procedimientos médicos (escleroterapia, ablación endovenosa con láser o radiofrecuencia, flebectomía ambulatoria, cirugía o ‘stripping’), dependiendo de la gravedad de la afección”, agrega.
En cuanto a las últimas novedades en el tratamiento de la insuficiencia venosa, Puras apunta a la ablación con pegamentos de cianocrilato (VenaSeal), un nuevo método mínimamente invasivo que consiste en sellar las venas afectadas con un adhesivo médico (‘cianocrilato’); así como a la terapia con espuma guiada por ecografía, donde se inyecta una espuma esclerosante en forma de microburbujas en las venas varicosas bajo control de ecografía para garantizar una mayor precisión en la aplicación.
“La ablación rotatoria técnica ClariVein, o la terapia biológica regenerativa, a partir de células madre y de otras técnicas sirven para reparar las válvulas venosas dañadas; y las terapias farmacológicas más avanzadas que no sólo alivien síntomas, sino que también reparen las paredes venosas”, concluye el doctor Puras.