El futuro de MUFACE sigue siendo una gran incógnita. El organismo que depende del Ministerio de Función Pública encara una semana clave. Con doble presión: de las aseguradoras para que mejoren su oferta y de las organizaciones sindicales para que garanticen el futuro del modelo. A las primeras, las compañías, les toca entregar los deberes. El 4 de diciembre finaliza el plazo dado por el organismo para que las aseguradoras expongan qué coste tendrá la atención de los mutualistas. Un paso previo a la elaboración de una nueva licitación tras quedar desierta la anterior.
En la mayor crisis vivida por el modelo en su medio siglo de vida, el 20 de noviembre MUFACE anunciaba que los trámites preparatorios de la segunda licitación de los próximos conciertos de asistencia nacional e internacional se iniciaban oficialmente con la publicación en la Plataforma de Contratación del Sector Público de un anuncio de apertura de plazo para sendas consultas preliminares de mercado.
El sondeo daba 10 días de plazo a las aseguradoras interesadas en acudir al nuevo concierto -que esta vez será de tres años- para que detallen y argumenten el coste de estos servicios. Este mecanismo, el de las consultas preliminares de mercado, está previsto en la Ley de Contratos del Sector Público y permite a la Administración obtener información sobre las características del mercado en el que se mueve el contrato, así como recibir de las aseguradoras «evidencias de la estructura de costes» por grupos etarios, zonas geográficas u otros que sean determinantes y que justifiquen las primas que aspiran a cobrar por la prestación de ese servicio, señala MUFACE.
Saberlo todo de MUFACE
Este 4 de diciembre, las respuestas de las aseguradoras interesadas en el nuevo concierto deben estar sobre la mesa. MUFACE ha querido saberlo todo. Muy pormenorizado. Con todos los detalles de los precios. En busca de una mayor transparencia. Así, se ha preguntado por qué importe debería tener la prima por persona y mes, durante la vigencia del concierto.
Un aspecto importante: el órgano de contratación -es decir, MUFACE- aclara que, con las respuestas de las aseguradoras, podrá obtener una información «más precisa y el procedimiento será más transparente, pero no genera ninguna obligación ni compromiso de contratar con las entidades que participen en la consulta».
MUFACE: Las prescripciones de los pliegos
«A raíz de las llamadas recibidas se informa a todos los licitadores de que, para responder a esta consulta, además de incluir la información económica por la que en concreto se pregunta, los interesados pueden aportar cualquier otra información, sugerencia, justificación o propuesta que consideren que pueda ser útil para mejorar las prescripciones de los pliegos (tanto las administrativas como las técnicas) del contrato, favoreciendo tanto la concurrencia como la ejecución posterior del contrato», indicaba el organismo en una comunicación publicada en la Plataforma de Contratación con motivo de las consultas de mercado.
Con la información recabada, se realizará un informe de evaluación que ayudará a elaborar las bases de nueva licitación para renovar un concierto que vence el 31 de enero. «Seguimos trabajando», indican desde compañías como ASISA cuando se les pregunta sobre qué precios manejarán en esas respuestas. Junto a DKV y Adelas, es una de las tres compañías que formaban parte del modelo y decidieron abandonarlo. Las tres, sin embargo y pese a esa despedida, han deslizado que se mantienen a la espera de una nueva oferta del Gobierno para ver si, finalmente, les interesa concurrir.
Las aseguradoras quieren más
Lo que queda claro es que las aseguradoras quieren más. Y que MUFACE pretende qué justifiquen los motivos de esa subida porque, como ha venido deslizando durante las últimas semanas, no llega a entender su espantada del 5 de noviembre cuando comunicaron que dejaban desierto el concierto 2025-2026 que ofrecía a las compañías una prima del 17,12%, «la mayor de la historia desde que existen registros homologables», ha repetido el Gobierno hasta la saciedad.
Este viernes, sindicatos de funcionarios públicos, que han convocado concentraciones por el futuro del modelo el 11 de diciembre, acusaban a las aseguradoras de empresas «insaciables que, con el argumento de que el modelo MUFACE está ‘infrafinanciado’, quieren aumentar sus beneficios económicos a costa del Estado«. Desde las asociaciones de la sanidad pública, se acusa a esas mismas compañías de presionar para que les suban la prima. En la misma dirección, el Ministerio de Sanidad aboga, sin contemplaciones, por la desaparición del modelo y que los funcionarios pasen a la sanidad pública.
Los médicos autónomos
Las aseguradoras, mientras tanto, mantienen silencio. Solo Adeslas se ha convertido en protagonista indiscutible de los últimos días tras conocerse que ha enviado una carta a los mutualistas advirtiéndoles que, a partir del 31 de enero, cuando vence el plazo de su contrato, se desentiende de su atención médica, lo que ha generado una enorme preocupación entre esos asegurados. Tanta que MUFACE se ha visto obligada a responder y a garantizar a los funcionarios que, más allá de los plazos, no quedarán desatendidos.
Un escenario cada vez más incierto en el que han aparecido nuevos actores. La Asociación Unión Médica Profesional (Unipromel), que representa a más de 10.000 facultativos autónomos, defiende hacerse cargo de la asistencia sanitaria de los mutualistas. Sin aseguradoras de por medio. Su modelo, denominado ‘Mutualidad Directa’ pasa porque sean los propios médicos los que presten atención sin intermediarios. El proyecto, dicen, podría incluir a 600 hospitales y 40.000 médicos, y el modelo sería «más justo y eficiente».