Los bombardeos del Ejército sirio y sus aliados rusos sobre Idlib no cesan. Este último ha destruido parte de un hospital en el centro de la ciudad, tomada por las facciones rebeldes hace solo unos días. Una cámara grababa la explosión desde el interior. Las fuerzas del régimen del Asad tratan de frenar el avance rebelde aquí y también en Alepo, otro bastión impenetrable hasta ahora. Las fuerzas insurgentes, apoyadas por Turquía y que incluyen grupos islamistas, han tomado el control de la segunda ciudad del país. 

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