El presidente sirio, Bashar Assad, calificó la reciente ofensiva islamista, que ha capturado franjas de territorio, como parte de un plan para fragmentar la región en línea con los intereses estadounidenses.
En una llamada con el presidente iraní Masoud Pezeshkian, Assad afirmó que la escalada busca dividir países y redibujar el mapa regional según los objetivos de Occidente. Estas declaraciones se produjeron mientras el ejército sirio y su aliado Rusia realizaban intensos ataques aéreos en zonas controladas por islamistas y rebeldes respaldados por Turquía.
Respaldado por Rusia e Irán, Assad recibió garantías de apoyo militar para responder a la pérdida de Alepo, que quedó fuera del control gubernamental tras la ofensiva rebelde.
la guerra sirio, que comenzó en 2011 tras la represión de protestas prodemocráticas, ha involucrado a actores internacionales y ha causado la muerte de 500.000 personas. Aunque la situación bélica se había estabilizado recientemente, los combates se reactivaron con fuerza la semana pasada.