Por primera vez en mil años, Andorra, un pequeño principado europeo de mayoría católica, contará con un rabino oficial. Yekutiel Kalmenson y su familia han llegado para liderar la comunidad judía local, que cuenta con unos 250 miembros.

La comunidad judía de Andorra ha tenido una historia de limitaciones religiosas, sin una estructura oficial hasta 1998, cuando se permitió la creación de un centro cultural judío. A lo largo de los años, muchos judíos, especialmente aquellos que huyeron del norte de África tras la Guerra de los Seis Días, encontraron en Andorra un refugio seguro.

Shimon Bar Sheshet, residente desde 1979 y líder de la comunidad marroquí local, afirma que Andorra es un lugar seguro para los judíos, sin delincuencia ni antisemitismo. “Se puede caminar por la calle a cualquier hora sin preocupaciones”, destaca.

El rabino Kalmenson tiene como objetivo enseñar Torá a niños y adultos, y fortalecer la conexión entre los judíos de Andorra, incluyendo a los nuevos inmigrantes que aún no se han integrado en la comunidad.

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