El tiempo no perdona, tampoco a la cubertería. El paso de los años oxida y estropea los cubiertos, que se vuelven opacos y pierden su brillo. Existen químicos que podrían ayudarte a volveros a su estado original, pero hay una alternativa que evita el uso de estos productos tan agresivos.
No se trata del método de toda la vida de frotar la cubertería con ginebra y un paño. Larios solía ser la marca elegida por las abuelas para recuperar el brillo de los cubiertos. Un truco casero que se sigue aplicando hoy en día para la cubertería de plata, sobre todo.
Este truco incluye el uso de bicarbonato de sodio, uno de los productos más versátiles y utilizados en la limpieza del hogar sin recurrir a químicos agresivos. Pon una cazuela a hervir y añade bicarbonato de sodio y azúcar mientras preparas bolas compactas de papel de aluminio. Sumérgelas y a continuación añade los cubiertos que han quedado deslucidos. Deja actuar unos minutos y verás cómo el óxido y la opacidad desaparecen.
Pero el truco no termina aquí. Una vez hayas apagado el fuego y sacado los cubiertos, deberás enjuagarlos con agua templada y jabón y secarlos con un paño limpio. Verás cómo los cubiertos recuperan su estado original sin demasiado esfuerzo.
Este truco se ha recuperado en redes sociales debido a la cercanía de las comidas navideñas, donde acostumbramos a sacar la vajilla y los cubiertos más vistosos y de mayor calidad de la casa. Revísalos antes de las fechas señaladas para comprobar su estado y límpialos con este trucazo casero.