Pedro Sánchez se ha revuelto este domingo contra los múltiples “ataques” que recibe el PSOE y su “familia” asegurando que esta estrategia obedece, en el fondo, a un solo motivo: su “éxito” al frente del Gobierno. Durante la clausura del congreso socialista en Sevilla, marcado por el continuismo en la dirección del partido y con escasos cambios en el nuevo proyecto aquí alumbrado, Sánchez ha evitado extenderse en la ofensiva judicial que padece, pero ha insistido en la necesidad de no quedarse de brazos cruzados ante los intentos de «tumbar» al Ejecutivo.
Su mujer, Begoña Gómez, que ha seguido el discurso en primera fila del Palacio de Congresos de la capital andaluza, está imputada por los delitos de tráficos de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo profesional. Su hermano, David Sánchez, por malversación. El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos. El presunto cabecilla de la llamada ‘trama Koldo’, Víctor de Aldama, aseguró hace unos días ante el juez que entregó en mano 15.000 euros al revalidado secretario de Organización, Santos Cerdán.
“En estos últimos meses he meditado mucho qué hacer con mi vida -ha explicado, en referencia a su movimiento sin precedentes de la primavera pasada, cuando a punto estuvo de tirar la toalla tras la imputación a su esposa-. Mi familia también es víctima del odio de los odiadores profesionales. Pero si algo nos toca a todos, y a mí el primero, es dar un paso al frente, no un paso a un lado ni atrás”.
La dirección del PSOE asegura estar tranquila. Considera que ninguno de estos procesos tiene fundamento. Pero el complejo escenario ha sobrevolado todo el cónclave del partido, amenazando por momentos con eclipsarlo.
“Escuchadme”, ha pedido Sánchez a los más de mil asistentes al congreso, durante un discurso de fuerte carga ideológica, en el que ha buscado el contraste con el PP, ha anunciado la próxima creación de una empresa pública de vivienda para fomentar el alquiler asequible, ha elogiado la apuesta por la “convivencia” del president de la Generalitat, Salvador Illa, y ha evitado posicionarse en el latente conflicto orgánico dentro del otrora poderoso PSOE andaluz. “Podría pensarse que si nos atacan tanto es porque se sienten fuertes y nos ven débiles. Pero es justo al revés. Nos acosan porque saben que el PSOE se ha convertido en una referencia y fuente de esperanza para millones de ciudadanos”, ha argumentado.
“El modelo español funciona. En estos años de gobierno progresista hemos sido capaces de crear un modelo de éxito que combina la creación de empleo y crecimiento económico con la reducción de las desigualdades y el cambio climático. Un modelo que prueba que el bienestar de la mayoría puede y debe imponerse al privilegio de unos pocos. Ese éxito nuestro es lo que les aterra y enoja. Esa es la razón de todos sus ataques y frustración. No nos perdonan que estemos gobernando mejor que ellos. Que gestionemos mejor la economía. Que hoy haya un Gobierno limpio al frente de España. Que hoy nuestra voz sea más valorada en Europa y en el mundo que la suya. Que, bajo nuestro liderazgo, España se esté convirtiendo en un referente mundial de prosperidad y bienestar. Por eso quieren tumbarnos”, ha continuado el secretario general, reelegido sin rival para cuatro años más de mandato.
La recuperación del poder territorial
Todo el discurso ha estado diseñado para insuflar optimismo en un partido marcado por la debacle en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023, cuando se despidió de la mayor parte de su poder territorial. Frente al desánimo, Sánchez ha contestado que España es hoy “un pilar de la socialdemocracia en Europa y en el mundo”. Por lo tanto, ha continuado, el PSOE tiene que “liderar con el ejemplo”, en una coyuntura de avance de la derecha y la ultraderecha.
“Solo hay dos caminos: el odio y la esperanza. Tenemos la oportunidad y el deber de ensanchar el espacio de la socialdemocracia, de ocupar un territorio por la deserción de fuerzas rendidas a la internacional ultraderechista”, ha insistido el jefe del Ejecutivo, pidiendo a los suyos que aprovechen que el PP se ha escorado aún más a la derecha debido a los pactos con Vox para intentar seducir a su electorado más moderado.
“Este es un partido de ganadores -ha concluido Sánchez-. Aquí no solo se viene a soñar utopías: aquí se viene a hacerlas realidad. Por eso, nuestra principal prioridad será ganar las elecciones municipales y autonómicas de 2027 y volver a gobernar en toda España. Esa será nuestra absoluta prioridad. Y todos y todas vamos a tener que dejarnos la piel para conseguirlo”.