La profilaxis pre-exposición (PrEP) es un medicamento antirretroviral que reducen hasta un 90% la probabilidad de ser infectado por VIH.
Este tratamiento, financiado por el Sistema Nacional de Salud desde finales de 2019, está indicado a aquellas personas que no están infectados por el VIH pero que tienen un alto riesgo de contraerlo.
Su administración es sencilla: simplemente tomar una pastilla diaria garantiza que los antirretrovirales estén siempre en la sangre y eviten que la infección.
Pero hay que ser constante y mantener la adherencia al tratamiento para que sea eficaz.
Y, además, hay que saber que tomar estos medicamentos no excluye el uso del preservativo, porque va a dar un plus de protección además de evitar otras infecciones de transmisión sexual.
¿Para quién se prescribe este tratamiento?
Desde la aparición de este medicamento hasta ahora, su uso, explican, desde GeSIDA, Grupo de Estudio del SIDA de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), estaba indicado a determinados grupos de población:
- A hombres que tenían sexo con otros hombres.
- A las mujeres transgénero.
- A las trabajadoras del sexo.
- Adolescentes desde los 16 años.
- Personas que se inyectaran drogas.
- Hombres y mujeres cisgénero con riesgo de infección por VIH.
Pese a que en los últimos años se ha observado una reducción del número de nuevas infecciones por el VIH, especialmente entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), gracias en gran medida al uso de la profilaxis pre-exposición (PrEP), todavía se produce un significativo número de infecciones que se podrían evitar con una óptima implementación de esta estrategia de prevención.
A mediados de 2022 había 13.652 personas en PrEP en España. La práctica totalidad eran hombres que tenían sexo con otros hombres (HSH), lo que constituyó una cifra menor a la estimación de candidatos que podían acceder a esta medida de prevención.
Por lo tanto, el principal reto actual es eliminar las barreras de acceso a los programas PrEP y ampliar su implementación en todo el territorio.
Por ello, desde este Grupo de Estudio del SIDA se plantea ahora que se contemple ampliar los criterios y proporcionar también este tratamiento preventivo a otros grupos poblacionales:
- Personas que hayan sido diagnosticadas de hepatitis C.
- Personas que en el momento de la evaluación del riesgo no presentan ninguno de estos criterios, pero que manifiestan un cambio de situación en un futuro inmediato, como por ejemplo dejar de utilizar el preservativo de forma sistemática.
A fin de facilitar el acceso a la PrEP, cuya pauta se basa en medicamentos de dispensación hospitalaria, desde GeSIDA también se plantea acercar dicho tratamiento desde las farmacias hospitalarias a los dispositivos asistenciales que atienden a estos usuarios: las clínicas de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) u otros centros extrahospitalarios, como los centros de Atención Primaria o los centros comunitarios.
Requisitos para recibir la profilaxis pre-exposición
Además de pertenecer a estos grupos considerados de riesgo de infección por VIH, los especialistas de GeSIDA explican que antes de prescribir la PrEP es necesario realizar una historia clínica completa del paciente, incluyendo:
- Hábitos tóxicos y conducta sexual.
- Realización de una analítica para descartar una infección preexistente de VIH, evaluar la situación serológica del virus de la hepatitis B o evaluar la función renal.
- Determinar la presencia de otras infecciones de transmisión sexual.
- Vacunar contra la hepatitis A y B, y VPH, si fuera necesario.
- Valorar la tolerancia de la medicación y los posibles efectos adversos.
PrEP y otras ITS más allá del VIH
Pese a la presión asistencial que ha generado la COVID-19 en los sistemas sanitarios, también ha impulsado el desarrollo de nuevas estrategias de cribado de VIH y de otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como por ejemplo aquellas basadas en la auto toma de muestras.
A diferencia de lo sucedido con el VIH, los diagnósticos de ITS han ido en aumento en las últimas dos décadas en nuestro medio, especialmente
- Gonococia
- Clamidiasis
- Sífilis
- Y más recientemente hepatitis C en la población HSH.
Sin embargo, aún no está claro si el uso de PrEP contribuye al aumento de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) o si simplemente los usuarios de PrEP ya tenían más tendencia a adquirir ITS. Un posible factor sería la intensificación y frecuencia del cribado de estas enfermedades que, como ya hemos visto, está incluido en los programas de PrEP.
En un estudio reciente realizado en diversos centros proveedores de PrEP en España, no se detectó un aumento significativo de algunas ITS como gonococia, clamidiasis y sífilis.
Según otro estudio francés sobre usuarios de PrEP diaria y a demanda, no hubo una disminución significativa excepto durante el periodo del confinamiento por la COVID-19.
Pese a la discordancia de resultados en diferentes estudios respecto al posible aumento de incidencia de las ITS en usuarios de PrEP, el cribado de infecciones de transmisión sexual sistemático permite detectar y tratar de manera precoz otras ITS, pudiendo reducir la transmisión de éstas.
Datos de la situación del VIH en España
Más de 40 años después de su irrupción, y pese a los significativos avances en diagnóstico y, sobre todo, en tratamiento, el VIH sigue siendo hoy día una cuestión de salud pública de primera magnitud.
- En 2020 se notificaron en España 1.925 nuevos diagnósticos de VIH.
- El 84,3% de estos diagnósticos se realizaron en hombres.
- La media de edad de los nuevos diagnósticos fue de 36 años.
- La transmisión entre gays, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres fue la más frecuente, 55,2%
- Seguida de la heterosexual, 27,5%
- Y la que se produce entre personas que se inyectan drogas (PID), 2,4%.
Por tanto, el 82,7% de los nuevos diagnósticos de VIH en 2020 fueron de transmisión sexual.
Entre los hombres, la vía de transmisión mayoritaria fue la vía de relaciones entre hombres, 65,5% de los nuevos diagnósticos de VIH; y entre las mujeres fue la vía heterosexual, 80,5%.
A pesar de que en España la prueba del VIH se ofrece de forma gratuita en todos los niveles del sistema sanitario, el 46,8% de los nuevos diagnósticos notificados en 2020 presentaron un diagnóstico tardío.
De hecho, se estima que hay 146.500 personas que viven con VIH en España y de ellos el 13,7% no saben que tienen la infección.
El problema de detectarlo tarde es que aumenta el riesgo de morbilidad, mortalidad y supone que el periodo de transmisibilidad es mayor.