Carmen, Marcela y Jenny vivían hasta hace un mes en Catarroja (Valencia). Son tres mujeres migrantes de Latinoamérica que no tienen su situación administrativa regularizada, pero sobrevivían con un trabajo precario (en B) y alquiladas en bajos humildes; conviviendo como internas en un empleo a tiempo completo en una vivienda particular e incluso en una habitación de un garaje ‘reconvertido’ en «vivienda» que pagaban al propietario con el poco dinero que ganaban y sin contrato de alquiler.

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