Todo apunta a que los rumanos se han movilizado a favor de la UE y la OTAN, tras el shock que supuso la reciente victoria de un candidato ultra pro Kremlin en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Según los sondeos a pie de urna, el Partido Socialdemócrata (PSD), actualmente en el poder, ha obtenido el 26% de los votos, mientras que la formación de centroderecha Unión para Salvar a Rumanía (USR), también favorable a la UE, lograría un 15%. Los temidos ultraderechistas favorables a Rusia de la Alianza para la Unión de los Rumanos consiguió un 19%. Los comicios han estado marcados por una elevada participación: alrededor del 44% cuatro horas antes del cierre de los colegios, bastante superior a la de convocatorias precedentes.
En unos días, este país del este de Europa se vio sacudido por la victoria del candidato ultraderechista Calin Georgescu en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y las acusaciones de las autoridades respecto a la fiabilidad de esos comicios. Las autoridades apuntaron hacia una posible influencia rusa y al papel de la plataforma TikTok, y el Tribunal Constitucional decidió recontar los votos, un proceso que sigue su curso.
Este domingo, los colegios electorales permanecieron abiertos hasta las 21.00, una hora menos en España. En estas legislativas, la ultraderecha se presentó diseminada en varias formaciones que tienen en común su oposición al apoyo a Ucrania, en nombre de la «paz» y la defensa de los «valores cristianos». Las encuestas otorgan a esta tendencia política un 30% de intención de voto en las encuestas.
Florentina Noja, una ingeniera de 55 años, decidió votar a «jóvenes candidatos, menos adoctrinados por el sistema». «Necesitamos repartir de cero», dijo a France Presse bajo el cielo nublado de Bucarest, aunque expresó su temor a que Rumania se aleje de la senda europea.
George Sorin, un economista de 45 años, lo tiene claro: votará por un partido nacionalista. El Parlamento actual «no hizo más que servir a los intereses de Ucrania, aprobando una serie de ayudas sin explicar nada» y olvidándose de «los [intereses] de Rumania», afirmó, criticando asimismo «el servilismo» hacia Bruselas.
«Estabilidad o caos»
Los socialdemócratas y liberales, que actualmente gobiernan en coalición y que quedaron muy mal parados en las presidenciales, llamaron a elegir «entre la estabilidad y el caos«, según el mensaje lanzado por el primer ministro saliente, Marcel Ciolacu. En la misma línea, el presidente Klaus Iohannis afirmó que estas elecciones son «cruciales para el rumbo de Rumania en los próximos años».
Seguir siendo «un país de libertad, […] una nación europea moderna» o «caer en un aislamiento nefasto y reconectar con un pasado sombrío», esa es «la elección existencial a la que nos enfrentamos hoy», advirtió.
Los comicios de este domingo se organizaron además en un ambiente agitado porque el Tribunal Constitucional ordenó el jueves recontar los votos de la primera vuelta de las presidenciales, después de que un eurodiputado de extrema derecha acusara a una formación de haber seguido haciendo campaña en internet más allá del plazo permitido. Esto habría permitido a Elena Lasconi, del USR, clasificarse para la segunda vuelta.