En la otra orilla de la Mediterránea, la solidaridad entre pueblos no conoce fronteras. Y más cuando la mayoría sucumben bajo las mismas bombas. Después del alto el fuego decretado en el Líbano este miércoles, la población de la devastada Franja de Gaza también amanecía con una alegría genuina y rara. “Despertarme con la noticia de la tregua en el Líbano fue una sensación maravillosa; se merecen vivir en paz y con seguridad, se merecen la vida”, escribía Hamada Shaqoura desde el asediado enclave. Como muchos, Hamada se permitió un momento de ilusión para su propio pueblo. “Esto encendió en mí una chispa de esperanza de que lo que nos está sucediendo en Gaza podría terminar”, confesó en X.

Fuente