La gran fábrica de combustible nuclear de las centrales españolas se abraza a la energía solar. La factoría que el grupo público Enusa tiene en Juzbado (Salamanca), encargada de producir los elementos combustibles con que funcionan los reactores nucleares operativos en España, ultima la puesta en marcha de una nueva planta de energía solar fotovoltaica de autoconsumo para reducir sustancialmente su factura eléctrica tras los sobresaltos de precios de la crisis energética.
Desde su fábrica de Salamanca la corporación estatal -controlada en un 60% por el holding público SEPI y en un 40% por el centro de investigaciones CIEMAT- alimenta de combustible nuclear las centrales españolas, también a reactores de Francia, Bélgica, Suecia y Finlandia. Y ahora busca ampliar sus clientes en otros países, especialmente en algunos de la antigua órbita soviética que tienen centrales nucleares de diseño ruso, y que quieren romper lazos con el Kremlin y acabar con su dependencia de proveedores rusos por la crisis geopolítica provocada por la invasión militar de Ucrania.
Para impulsar su producción y contener los costes energéticos, la fábrica de Juzbado pondrá en marcha de manera inminente una gran planta fotovoltaica. El objetivo es que esté operativa antes de fin de año. Las estimaciones que maneja Enusa es que la producción de la nueva planta solar le permitirá cubrir todo su enorme consumo eléctrica durante las horas centrales del día -en las horas solares en que la instalación esté efectivamente funcionando- y podrá atender más de un tercio de las necesidades energéticas totales en todo el día.
“El consumo energético es nuestro principal coste, por eso apostamos por el autoconsumo. Durante la crisis energética nuestra factura eléctrica se multiplicó por cuatro”, explica Pablo Vega, director de la fábrica de Juzbado. “Ahora impulsamos una estrategia de ahorro de costes, adelantándonos también al parón de los clientes nacionales”, dice el directivo en referencia al cierre progresivo de todas las centrales nucleares españolas pactado entre Gobierno y las eléctricas propietarias, y que marca un calendario de clausuras escalonadas desde 2027 hasta el apagón total en 2035. Unos cierres que harán que Enusa pierda poco a poco como clientes a los reactores nacionales.
Tres concursos desiertos
La dirección de Enusa consiguió en septiembre de 2023 completar el concurso público para encargar el diseño de la planta y su construcción. Hasta tres concursos similares con el mismo objetivo habían quedado desiertos con anterioridad. “La planta fotovoltaica debería estar ya en marcha hace dos años”, reconoce el director de la fábrica. El grupo Cobra, que fue el adjudicatario de la obra por un importe de 1,65 millones de euros, ahora está a punto de terminar los trabajos, ya con todos los paneles solares instalados y sólo a la espera de poder conectar el transformador de la instalación.
Planta fotovoltaica en la fábrica de combustible nuclear de Enusa en Juzbado, en Salamanca. / Enusa
La futura planta tendrá una potencia pico de 1.600 megavatios (MW), según detallan fuentes de la compañía, y su producción será completamente para consumo propio, sin posibilidad de que la factoría vierta a la red eléctrica posibles excedentes de generación. La nueva instalación fotovoltaica se sumará a otra pequeña planta con que ya cuenta la fábrica de Juzbado y cuya producción sólo se utilizaba para alimentar de electricidad al centro de control de la factoría y para la puntos de recarga de coches eléctricos.
