Al acuario de A Coruña, Aquarium Finisterrae, se acaba de mudar una veintena de calamares que cambian de color. Las instalaciones de este centro, perteneciente a la red de museos científicos de la ciudad, acogen a estos nuevos inquilinos, de la variedad loligo vulgaris, en el tanque cilíndrico de la sala Maremagnum.
Los responsables del Aquarium de A Coruña explican que se trata de un grupo de ejemplares de esta variante de calamar que fueron capturados en la entrada de la ría de A Coruña –entre A Guisanda y el muelle de Oza, donde se alimentaban de sardinas– por parte de personal especializado del museo. Tras su captura fueron trasladados al acuario y estuvieron en cuarentena dentro de un tanque para, una vez adaptados a su nuevo medio, ser transferidos al tanque cilíndrico donde a partir de ahora podrán verlos los visitantes: en el gran espacio de la sala Maremagnum, que es una de las primeras que se encuentra el visitante cuando entra en el acuario coruñés.
Destaca el Concello –responsable de los museos científicos– que entre las principales características de este cefalópodo está su capacidad para cambiar de color, gracias a sus órganos cromatóforos. Estos nuevos inquilinos del Aquarium pueden llegar a medir hasta casi medio metro –los ejemplares adultos machos– y poseen tres corazones. Su hábitat es el Atlántico oriental, entre el Mar del Norte y el Mediterráneo, y se suelen encontrar a profundidades de 500 metros, donde se mantienen con una alimentación a base de peces y crustáceos.
Ahora pasarán sus días en uno de los estanques más visitados del Aquarium Finisterrae, donde seguro que muchos curiosos los buscarán y seguirán para comprobar en vivo cómo estos calamares son capaces de cambiar de color.