Numerosos altos cargos del PP nacional, alcaldes y concejales de toda España se reúnen este fin de semana en Valladolid en una convención intermunicipal que decidieron celebrar justo en los mismos días que el congreso del PSOE. La fecha del cónclave se fijó hace más de un mes y medio y va a servir a los populares para tener un altavoz permanente con el que repetir que el presidente del Gobierno está rodeado de corrupción y debe dejar sus cargos. «Su futuro está en manos de dos personas: el prófugo de la justicia [Carles] Puigdemont y [el empresario] Víctor de Aldama«, auguró en Valladolid este viernes José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid.
Lo que no se esperaban los conservadores cuando decidieron la fecha de la intermunicipal es que llegaría un mes después de una DANA que ha arrasado decenas de municipios de la Comunidad Valenciana, presidida por Carlos Mazón, del PP, y también ha dejado muy tocada la imagen de buena gestión de la que históricamente ha sacado pecho el partido conservador. Por Valladolid no se verá a Mazón ni se ha invitado a los barones territoriales del PP como sí hacen en otras ocasiones. Se hablará de gestión pero local: los populares gobiernan en el 40% de los consistorios de toda España.
La intermunicipal de Valladolid servirá a los populares para homenajear a los alcaldes valencianos, algunos de los cuales han empezado a encajar estos días la desesperación de sus vecinos, quejosos por la lentitud de las ayudas públicas. Los populares reivindicarán la labor de estos servidores públicos que se echaron a la espalda las primeras gestiones para reaccionar ante las lluvias torrenciales y tuvieron que establecer las prioridades en una situación desgarradora que ha matado a 222 personas en la Comunidad Valenciana.
Las jornadas vallisoletanas las clausurará el domingo a mediodía Alberto Núñez Feijóo, pero por la Feria de la ciudad también pasarán durante este sábado varios vicesecretarios que moderarán mesas de debate (cohesión, vivienda, fiscalidad…) con cargos municipales y también tomarán la palabra una treintena de alcaldes.
Un presidente sin «capacidad de decisión»
Hasta la ciudad castellana se fue este viernes Almeida, que dijo que ve a Sánchez sin «capacidad de decisión» por depender parlamentariamente de, entre otros partidos, Junts y, políticamente, de Aldama, implicado en varias investigaciones judiciales, entre otras la trama de mascarillas del exministro José Luis Ábalos. Aldama ha acusado de corrupción, por ahora sin pruebas, a varios miembros del Gobierno actual y cargos del PSOE, unas declaraciones a las que Feijóo dio veracidad total, algo que le afeó este miércoles en el Congreso el portavoz del PNV, Aitor Esteban. El diputado nacionalista le aconsejó calma en su estrategia de oposición contra Sánchez y menos «caricaturizaciones grotescas».
En unas declaraciones a los medios en Valladolid, Almeida llegó a afirmar que Sánchez tiene que dimitir por «corrupto». El alcalde pronunció estas palabras este viernes poco después de que Juan Lobato, exjefe de los socialistas madrileños, acudiera al Tribunal Supremo por estar citado en la investigación que busca aclarar si el fiscal general del Estado, Álvaro Garzía Ortiz, filtró un correo electrónico en el que el abogado del novio de Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña, admitía dos delitos fiscales. Lobato exhibió ese email en la Asamblea de Madrid porque se lo hizo llegar Pilar Sánchez Acera, que era hasta hace unas semanas jefa de gabinete de Óscar López, entonces jefe de gabinete de Sánchez. «No hay nadie que piense que esto se fragua por el fiscal general, López o Sánchez Acera sin que Pedro Sánchez sepa nada», lanzó Almeida. «Si esto fuera así, se tendría que ir (Sánchez) por incompetente, pero se tiene que ir por corrupto, que es lo que es Pedro Sánchez en este momento», remató.
A su lado le escuchaba Elías Bendodo, vicesecretario de Política Autonómica y Municipal del PP. Para Bendodo, «el sanchismo ya mira la puerta de salida» en el congreso de este fin de semana. El político andaluz considera que el «sanchismo está teniendo el mismo fin que tuvo el socialismo andaluz, con corrupción por los cuatro costados».