El partido de este viernes en Son Moix fue el fiel reflejo del Valencia esta temporada. Tira poco, se pone por delante en el marcador y, cuando mejor está, una contra o una jugada rival empata el encuentro y en la segunda parte, el equipo se cae. Es el día de la marmota, que aparece en el descuento.
Ocurrió en la primera jornada liguera ante el Barça, cuando Robert Lewandowski anotó el gol del empate a uno al filo del descanso. Pasó lo mismo tres jornadas después, en la cuarta, cuando el Valencia dominaba al Villarreal pero apareció Ayoze Pérez para poner el uno a uno en la prolongación y cerrar el empate.
Había pasado algo parecido una jornada antes, cuando Prados, en el minuto 45, marcó el primer y único gol del partido, el del Athletic 1-0 Valencia en un partido en el que el equipo de Mestalla ni siquiera lanzó a puerta, y pasó también en la jornada 10, cuando Álex Muñoz igualó el marcador a uno en un partido que terminaría llevándose Las Palmas dos a tres.
El gol de Cyle Larin es el día de la marmota, un reflejo de que un equipo que necesita jugar al cien por cien durante los noventa minutos pero que «desconecta cinco o siete minutos» durante el final de las primeras partes, como confesó al terminar el partido Rubén Baraja, que incidió en que eso «lapida» al equipo.
Así, por mucho que el Valencia haya marcado el primer gol en ocho de sus trece partidos, le han remontado -al menos para empatar- en seis de esos partidos y sólo ha sabido mantener la ventaja en dos, sus dos únicas victorias esta temporada. Todo esto obliga al Valencia a seguir una jornada más en descenso, unas posiciones a las que se ha habituado ya en este inicio de liguero en la que el equipo, además, ha sido incapaz de remontar un sólo partido.
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Más allá de que funcione o no el libreto de Rubén Baraja, la realidad es que dos de los cuatro cambios que utilizó en Son Moix fueron Germán Valera, un jugador que llega tras pasar sin pena ni gloria por el Zaragoza, y Dani Gómez, que la temporada pasada era suplente del Levante en Segunda División. Al Valencia le hace falta mucho fondo de armario para competir en las segundas partes.