El destino quiso unir de por vida a una familia grancanaria, los Bautista, con Valencia. El deseo de Silvia de cursar en la UPV los estudios universitarios de Ingeniería y Diseño Industrial la llevó a la capital del Turia. En su primer año, tras comprobar que no le terminaba de enganchar la carrera elegida, decidió permanecer allí haciendo Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y practicando el deporte que le apasiona, el baloncesto. Su padre, Pablo fue exjugador de voleibol en el Guaguas y de vóley playa, y su mujer también, además de impartir clases de este deporte en la ULPGC. El progenitor trabaja como bombero en San Bartolomé de Tirajana. Esa profesión, posteriormente, le llevaría a crear un nuevo vínculo con la tierra que acogía a su hija.

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