Es una batalla contra el tiempo y los elementos. Tuvalu, un pequeño Estado en el océano Pacífico formado por nueve islas de coral, se enfrenta a un futuro en el que podría no ser habitable. El aumento del nivel del mar, causado por el cambio climático, está erosionando sus costas. Se estima que, para 2050, la mitad de Funafuti, la capital, estará inundada por las mareas.
Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés) lo han intentado todo para salvar su territorio. Pero Tuvalu está yendo un paso más allá en su intento de preservar su existencia.
Mientras la realidad física de la nación es engullida por el océano, el gobierno está construyendo una copia digital del país. En esta versión virtual se incluyen desde las casas hasta las playas y árboles del pequeño estado insular, además de documentos históricos, registros de prácticas culturales, álbumes familiares y canciones tradicionales. El objetivo es preservar la geografía y cultura del país para las generaciones futuras. Además, este país digital podría permitir a Tuvalu mantener su soberanía en el ámbito internacional, dado que el derecho internacional requiere que un Estado tenga un territorio físico definido.
El proyecto se anunció por primera vez en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en noviembre de 2022 por el ministro de Justicia, Comunicación y Asuntos Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, quien dijo que era la única forma de preservar su país «pieza por pieza» para que puedan recordar a sus «hijos y nietos lo que fue su hogar».
Desde entonces, Tuvalu ha seguido avanzando en su ambicioso plan de convertirse en la primera nación digital del mundo. Ha contratado a una agencia creativa y a un estudio de producción para desarrollar su presencia en el metaverso. También ha colaborado con otras organizaciones e instituciones para obtener apoyo técnico y financiero para el proyecto.
El proceso del Tuvalu digital
La primera parte de Tuvalu en digitalizarse ha sido Te Afualiku. Se trata de un islote deshabitado que tiene una superficie de 0.12 km² y una altura máxima de 5 metros sobre el nivel del mar. Su prioridad para digitalizarse reside en ser la zona de Tuvalu más amenazada por la subida del nivel del mar. Además, es considerado un lugar sagrado por los tuvaluanos, ya que se cree que es el lugar donde se originó la vida en la isla.
En el metaverso, Te Afualiku se ha recreado con gran detalle, incluyendo sus características geográficas, su flora y su fauna. Los visitantes pueden explorar la isla digital y aprender sobre su historia y su importancia cultural a través de narraciones interactivas y experiencias inmersivas.
El próximo paso del proyecto digital de Tuvalu es digitalizar las otras ocho islas que conforman el país, empezando por Nanumea, la más septentrional y la segunda más grande. Esta isla tiene una población de unos 600 habitantes y una superficie de 3.87 km². Es conocida por su belleza natural, su rica biodiversidad y su patrimonio histórico, ya que fue escenario de una batalla naval entre Estados Unidos y Japón durante la Segunda Guerra Mundial. El proceso de digitalización de Nanumea se espera que dure unos seis meses y que involucre a los habitantes locales en la recopilación y el registro de datos sobre su isla.
La misión de guardar memoria de Tuvalu
A pesar de la importancia del proyecto digital, Tuvalu enfrenta la realidad de que, si no se toman medidas urgentes, gran parte de su territorio desaparecerá bajo el agua en las próximas décadas. Según un informe de la NASA, para 2050, gran parte de la infraestructura crítica de Tuvalu estará por debajo del nivel de la marea alta, lo que pondrá a la nación en una situación aún más vulnerable. Además de la creación de la réplica digital, Tuvalu continúa en busca de formas de adaptarse a los cambios climáticos.
El gobierno está invirtiendo millones de dólares en la recuperación de tierras a través del Proyecto de Adaptación Costera de Tuvalu. El objetivo del proyecto, lanzado en 2017 con el respaldo del Fondo Verde para el Clima y en asociación con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, es reducir la exposición a los peligros costeros y proporcionar una estrategia de adaptación a más largo plazo para el país.
En los últimos dos años, se han añadido franjas de tierra libre de inundaciones a las islas de Funafuti y Fogafale para proporcionar espacio para viviendas, infraestructura y otros servicios esenciales. En las islas exteriores de Nanumaga y Nanumea, nuevas barreras protectoras impiden que las mareas lleguen a hogares, escuelas, hospitales, tierras de cultivo y otros bienes culturales.
El Museo del Patrimonio de Mosul, en Irak, está utilizando tecnología de realidad virtual para permitir a los visitantes recorrer sitios históricos que han sido destruidos en el mundo real. Mediante comparaciones fotográficas, se han recreado en el mundo virtual cinco lugares históricos dañados o destruidos de Mosul. Todos estos lugares sufrieron destrucción durante los tres años que ISIS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) ocupó la zona, pero ahora se pueden ver en su forma más completa.
Los lugares que se han restaurado son la mezquita Al Nuri, la mezquita Omeya, la iglesia sirio-católica Al Tahera y la mezquita Al Nabi Yunus. Estas recreaciones sirven como recordatorios emocionales para los residentes, pero también brindan conciencia y educación sobre el patrimonio de la ciudad; al utilizar el poder de la realidad virtual, no todo se ha perdido por completo.