Es el único negocio que ha quedado en pie tras la dana del 29 de octubre, el único que no tiene que tirar a la basura sus productos y el único que podría abrir mañana mismo si la zona estuviese acondicionada y vehículos y peatones pudiesen llegar hasta allí sin problemas. Y todo porque, antes de levantar la tienda, sus técnicos advirtieron que el área podría tener problemas con el agua y prefirieron modificar todo el proyecto antes de seguir adelante.

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