Telmo fue duramente castigado por Munio cuando le encontró besándose con Lucía. El mayor de los Avellaneda le acusó de judío y ordenó a sus hombres deshacerse de él. Además, intentó hacerle creer a su hermana que el tahonero la había utilizado.

Lebrín y Juana han escondido a Telmo en la tahona para intentar curarle de las profundas heridas que tiene tras la paliza recibida por los hombres de Munio. Nadie podía saber que estaba ahí o se meterían en serios problemas.

Cuando Sancho se acerca a la tahona, descubre a Telmo escondido. El padre de Juana le echa en cara que se ha sentido traicionado: “Me dijisteis que vuestra sangre estaba limpia, os di un techo, un oficio, incluso a mi propia hija”.

Lebrín descubre a su padre e intenta pararle los pies. El joven le pide compasión a Sancho ante los golpes que quiere dar a su amigo y le jura que no volverá a pisar la tahona.

Fuente