El inicio del congreso de Sevilla ha tenido sorpresa. Al poco de entrar los enviados valencianos en bloque, la secretaria general y el vicesecretario general, Diana Morant y Carlos Fernández Bielsa, se han separado del resto de la delegación en un tenso aparte verbal, que no ha pasado desapercibido al resto de miembros de la comitiva.
El contenido de la charla no ha trascendido, pero los minutos de conversación con rostros serios ilustran la tensión con la que los dos líderes llegan a este congreso. No es una novedad, es una constante con altibajos desde que el alcalde de Mislata anunció su candidatura para relevar a Ximo Puig para luego retirarla a favor de Morant tras interceder Ferraz en la pugna.
El liderazgo de la delegación valenciana en el congreso ha sido uno de los puntos de tensión antes de aterrizar en Sevilla, así como el origen de algunas informaciones en prensa y la manera de abordar el homenaje a las víctimas de la dana en este cónclave, según ha podido saber este diario.
Al menos, la comunicación sigue existiendo entre los dos dirigentes socialistas, pueden pensar los optimistas.
El congreso federal abrirá la cáscada de cónclaves autonómicos, provinciales y de las grandes ciudades. Morant tiene ya esos deberes hechos: fue elegida en marzo en un congreso extraordinario. Tras la dana está por ver qué sucede en la provincia de Valencia, liderada ahora por Bielsa y para la que se anunciaba batalla por parte del alcalde de Riba-roja, Robert Raga, ausente en Sevilla por la riada. Pero eso era antes de las trágicas inundaciones.