Según los datos más recientes del Eurostat, Barcelona es la segunda ciudad europea con más robos por cada 100.000 habitantes. Un informe que muestra la realidad de una Barcelona preocupante para turistas y para los barceloneses. Solo la ciudad de París la supera, lo que sitúa a Barcelona en un punto muy indeseado en cuanto a criminalidad.
Barcelona, en el podio europeo de los robos
El último informe de Eurostat basado en datos de 2022 evidencia que Barcelona es una de las ciudades europeas con una mayor proporción de robos. La ciudad condal tiene una tasa de 398 robos por cada 100.000 habitantes, solo superada por la capital francesa, París, que tiene una tasa de 611. Por su parte, en la tercera posición se sitúa Bruselas con 381 robos, completando así una triada de ciudades inseguras en este sentido.
Los barrios turísticos de la capital catalana son los que más sufren en este campo: Las Ramblas y el Barrio Gótico son los lugares más afectados, donde la masiva afluencia de visitantes puede dar lugar al escenario ideal en el que carteristas y ladrones se muestran muy activos.
Un problema que afecta al turismo
El turismo trae consigo una serie de ingresos a Barcelona, pero, por otro lado, la elevada tasa de delincuencia puede influir de forma negativa en la imagen de la ciudad. Para contrarrestar esta situación, la administración local ha puesto en marcha diferentes acciones, aunque esto no es suficiente para solventar dicha situación. Los turistas están expuestos a un alto riesgo en determinadas zonas de afluencia, lo cual puede volver a influir en la imagen de la ciudad que se tiene fuera, a nivel internacional.
Ciudades europeas con más robos
El informe de Eurostat revela que otras urbes europeas también tienen cuotas de criminalidad alarmantes. Junto a París o Bruselas, o Barcelona, aparecen en la lista ciudades como Londres, con 257 robos por cada 100.000 habitantes, o algunas ciudades belgas como Lieja o Charleroi, etcétera. Pero Barcelona se distingue por ser una ciudad turística importante que está luchando con ello.
Los datos de Eurostat y lo que no se ve
La investigación que ha llevado a cabo Eurostat hace uso de cifras que son tomadas a partir de denuncias formales. Este hecho nos hace entender que las estadísticas no llegan a concretar la verdad total del problema. Muchos robos no son denunciados, de ahí que, quizás, las cifras reales sean incluso más elevadas. En determinadas ciudades, la tasa de denuncias es positiva, pero en cambio en otras muchas, los delitos no acaban de ser descubiertos.
Los datos de Barcelona pueden ser la simple punta del iceberg. Especialmente en áreas de alta afluencia turística, el hecho de que los extranjeros no formulen denuncia alguna al regresar a sus países tras haber sido objeto de un delito es un aspecto que en nada puede ser despreciado. De ahí que las cifras de robos sean susceptibles de ser mucho más altas.
¿Por qué Barcelona sigue liderando?
Barcelona ha figurado en el grupo de las urbes con mayor índice de criminalidad de Europa desde hace muchos años, y a pesar de los esfuerzos de las autoridades para atenuar la situación, la tendencia parece que se mantiene a raíz de la alta afluencia de turistas, la escasez de recursos policiales y la organización de redes criminales especializadas.
¿Qué hacen las autoridades?
Con el objetivo de corregir tal situación, se han intensificado las actuaciones de la policía local en aquellos espacios turísticos y se han desarrollado campañas de prevención. No obstante, el nivel de los resultados es desigual. Hay barrios que han mostrado cierta mejora, pero también los hay que continúan mejor como antes. La cooperación entre administraciones y la asignación de recursos parecen ser las claves para revertir la tendencia.
El robo: un problema que no solo afecta a España
Aparte de España, hay otros países europeos cuyas estadísticas parecen especialmente alarmantes en lo que atañe a los robos; entre ellos, incluidos en la lista de los primeros puestos, se encuentran el Reino Unido, Bélgica, Francia y Suecia, pues tienen unas tasas de criminalidad de las más altas del continente. Pero destaca el caso de Barcelona, donde hay que poner en la balanza una alta densidad de robos que van paralelos a un alto número de turistas que la visitan.
La capital de Cataluña, un lugar de encuentro de historia, cultura y ocio, se enfrenta al hecho de que hay que encontrar la forma de compaginar el hecho de que la seguridad deba ser suficiente para que permita que el turismo tenga una continuidad. El reto de las autoridades parece claro: disminuir sus tasas de criminalidad sin que el todo vuelva a afectar a la vida cultural y económica de la ciudad.