Un pulmón verde pendiente de reforma. El parque Lo Morant, con sus doce hectáreas de extensión, ha sido durante décadas uno de los mayores espacios de ocio al aire libre de Alicante. Inaugurado en 1987 en el barrio Virgen del Remedio, ha sido punto de encuentro para familias, deportistas y asociaciones culturales. Sin embargo, desde hace más de dos años, el parque vive sumido en un abandono que preocupa a quienes lo visitan.
La situación es el resultado de una reforma fallida que, lejos de renovar las instalaciones, agravó su deterioro. En abril de 2022, el Ayuntamiento de Alicante resolvió el contrato con la empresa adjudicataria de las obras, que apenas ejecutó un 2 % de los trabajos previstos. La compañía argumentó retrasos por el encarecimiento de materiales y la crisis económica, pero la paralización dejó al parque en un estado de abandono difícil de ignorar y pendiente desde entonces de un nuevo proyecto de reforma.
Desperfectos
Los usuarios habituales describen un parque en «condiciones precarias». Los caminos de tierra están llenos de grietas y desniveles que dificultan el paso de personas con movilidad reducida, carritos o sillas de ruedas. Los bancos están hundidos, muchos rotos, y los rosales, antaño símbolo del lugar, han desaparecido. «Hace bastante falta que se reforme si quieren volver a usarlo para actos de fiestas y hogueras. Es una pena porque esto siempre ha sido bonito, pero ahora está que da pena. Hace falta cambiarlo todo«, lamenta José Moreno.
A simple vista, los desperfectos del parque Lo Morant son evidentes. La acumulación de basura en lugares como el antiguo bar, que lleva años cerrado, es otra señal de abandono. «Desde que se paró la reforma, no hemos vuelto a saber nada, lo dejaron todo abandonado y se fueron. Vienen poco a limpiar y faltan muchas flores. Antes traía a mis hijos, pero ahora no vendría», añade María Consuelo Castellano.
A esto se suma la falta de baños operativos: de los dos existentes, solo uno está abierto. Según Pilar Sancho, quien participa en clases de zumba en el parque, esta situación afecta especialmente a las personas mayores. «Hay gente que deja de venir porque no pueden ir al baño y eso les coarta. Antes el bar daba vida al parque, y ahora es una pena que esté cerrado«, relata Sancho.
Actividades limitadas
Además, los usuarios lamentan la faltan farolas en algunos puntos, donde han improvisado soluciones con azulejos para evitar caídas. Eva Rubio, denuncia la precariedad de los servicios. «Llevamos así casi tres años, falta iluminación, se acumula la basura y es un peligro caminar por aquí para los que venimos. Falta personal revisando las zonas», afirma Rubio.
El parque, diseñado para ser un lugar de convivencia y esparcimiento, ha perdido gran parte de su funcionalidad. «Al parque le faltan más bancos, fuentes y una reforma que se haga rápido y que lo deje todo bien. Este un espacio maravilloso que no se está aprovechando», reclama Felisa Fresneda.
Una reforma pendiente
La regeneración del parque formaba parte de un contrato firmado en octubre de 2021, con un presupuesto de 398.396 euros, para mejorar los pavimentos, reparar bordillos, arreglar el sistema de drenaje de aguas pluviales y renovar infraestructuras como el anfiteatro y el muro exterior. Las obras empezaron en diciembre de ese año y debían concluir en abril de 2022, pero la empresa solicitó una ampliación de dos meses debido a festivos y problemas de suministro por la crisis del covid-19 y de materias primas. Antes de que llegara el nuevo plazo, el Ayuntamiento decidió rescindir el contrato.