Si uno se cruza con Moisés es imposible no recordarlo. Con 32 años, se quemó a lo bonzo en pleno centro de Madrid en 2010. Salvó la vida pero las secuelas en su rostro y en su cuerpo no se pueden ocultar. Catorce años después de aquello, Moisés se ha convertido en el protagonista de Al margen, el documental en el que Eduardo Casanova (Madrid, 1991) lleva trabajando seis años. Estrenada en el Atlàntida Mallorca Film Fest en julio y presentada en el Rizoma la semana pasada, la película llega este viernes a la plataforma Filmin en lo que supone, en palabras de su director, el broche del tríptico que empezó con Pieles (su debut detrás de la cámara) y siguió con La Piedad, presentada en el Festival de cine europeo de Sevilla de 2022.
El suceso, junto al Paseo de la Castellana, llenó titulares y crónicas. La coletilla final de «se desconoce los motivos de por qué se ha prendido fuego» se repetía en las piezas informativas. El relato de los testigos es que este chico se roció con un litro de gasolina y se prendió fuego con un mechero. La versión que sostiene Moisés es que fue un «sujeto inducido» del proyecto MK Ultra, un programa de control mental, secreto e ilegal diseñado y ejecutado por la CIA.
Moisés asegura se quemó porque fue un «sujeto inducido» del proyecto MK Ultra, un programa de control mental, secreto e ilegal diseñado y ejecutado por la CIA
Los médicos hablan de esquizofrenia, también su hermana que durante sus encuentros y llamadas asiste abrumada a un discurso trufado de conceptos que nace en los más profundo de una mente herida hace mucho. Moisés, por el contrario, se abona a la teoría de la conspiración y asegura estar en el mismo grupo de personas que han sufrido este control externo como, por ejemplo, Amy Winehouse y otros un número indeterminado de personas reunidas en una asociación de afectados por este proyecto de la inteligencia de los Estados Unidos.
¿Es Moisés víctima o verdugo? En su charla con el diario El Correo de Andalucía, Casanova insiste en que no pretende juzgar a Moiséis, «sólo darle voz». La voz del protagonista de una historia real que sirve también como un crudísimo acercamiento al abismo de la salud mental, especialmente para todos aquellos expulsados por el sistema. Moisés, apunta el director, «forma parte entre comillas del mobiliario que habita la Gran Vía de Madrid, como los punkis de Callao». La gente lo ve, lo vemos, pero pocos conocen su historia. Una historia en la que tambiénb se escucha a su hermana, su ex mujer y su hija y La danza del fuego del Amor brujo de Manuel de Falla.
Casanova, curioso por naturaleza, inquieto -«tengo un imán para este tipo de personas»- se cruzó con él hace seis años en el metro y se propuso contar su historia. Un empeño en el que, por el camino, ha aprendido a resituar su papel: «Yo no soy psicólogo, ni psiquiatra, ni puedo salvarle, ni educador social, he tenido momentos de confusión y he aprendido a entender mi papel», explica.
Una obra con sello propio
Los raros, los disidentes, quienes habitan los márgenes, las relaciones familiares, tóxicas y dependientes, y el peso que ejerce la sociedad sobre los cuerpos y vidas no normativas son los cimientos sobre los que emerge la obra de este joven director de sello propio absolutamente reconocible.
Los raros, quienes habitan los márgenes, las relaciones familiares y el peso que ejerce la sociedad sobre los cuerpos son los cimientos sobre los que emerge la obra de Casanova
Moisés, de hecho, está en el origen de su filmografía. Cuando lo conoció inspiró el personaje que Jon Kortajarena tiene en Pieles, el joven con el rostro quemado de esa película que nos descubrió que en el color rosa, tan atractivo para las marcas, tan melifluo y delicado, también habitan todos esos a los que la sociedad no quiere mirar de frente. «No quiere, no puede, no sabe, no está preparada», reflexiona el director. Quizás una de las frases que mejor resume el reto que supone para el espectador atender de principio a fin a esta película la pronuncia la hermana de Moisés: «No todo el mundo está preparado para verte».
Sin ánimo de hacer spoiler, asistir a la crónica vital de Moisés -en lo familiar, en lo económico, en sus adicciones- sirve para recordarnos la fortuna de la vida.