España es un país puntero a nivel mundial en el despliegue de fibra. No es algo casual: llevamos décadas invirtiendo en esta tecnología para mejorar la conectividad, y por eso aparecemos en lo más altos de todos los rankings europeos y mundiales. Pero paradójicamente, algo tan positivo está provocando algunos problemas secundarios para las empresas de telecomunicaciones.

Es sencillo: la fibra se ha extendido tanto que ya llega a la gran mayoría de los hogares españoles. Se ha alcanzado un punto en el que es difícil seguir avanzando, y por eso la inversión en el despliegue se está frenando. En las grandes ciudades, de hecho, muchas casas están ‘duplicadas’, porque tienen acceso a la fibra de varias operadoras, que han estado mucho tiempo haciendo la guerra por su cuenta para tratar de ampliar sus redes cada vez más.

En paralelo, la entrada de marcas low cost en el mercado, que no dejan de rebajar los precios de sus tarifas, han obligado a las grandes compañías del sector a apretarse el cinturón mientras tratan de seguir invirtiendo dinero en las redes de fibra. Un equilibrio complicado, que obliga a ser imaginativo para encontrar nuevas opciones. Pero cuando los ingresos se estancan o caen, hay que mirar los costes.

Una de las soluciones que han encontrado ha sido la de crear sociedades conjuntas de fibra (llamadas FibreCo o Netco), en las que varias operadoras se alían para compartir sus redes FTTH. La idea es que todos ganan. Los clientes se benefician de tener acceso a una red de fibra de alta calidad y máxima velocidad. Y las ‘telecos’, en lugar de seguir desplegando sus redes -algo que les cuesta mucho dinero- se asocian para sacarle el máximo partido a las infraestructuras ya existentes, compartiendo los costes y consiguiendo la mayor eficiencia y rentabilidad posible. Y a la vez, sacan músculo y demuestran que la gran inversión en fibra que han hecho en los últimos años ha merecido la pena.

En las últimas semanas Telefónica, MasOrange y Vodafone han sido noticia por haber apostado por las FibreCo. Es la demostración que el mercado de las sociedades conjuntas de fibra está al rojo vivo, y próximamente se producirán movimientos importantes, porque las operadoras están buscando nuevos socios y aún necesitan una serie de autorizaciones para iniciar esta actividad.

En cualquier caso, para la población puede llegar a ser algo muy positivo. Leandro Pérez Manzanera, presidente de AUTELSI (Asociación Española de Usuarios de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información), así lo asegura: «Estamos convencidos de que los recientes acuerdos entre operadoras de telecomunicaciones para compartir la red de FTTH va a redundar en un beneficio para los usuarios, puesto que las eficiencias que van a lograr los operadores, tanto de la red existente como de sus futuras evoluciones tecnológicas, van a repercutir en una mejora de los servicios que vamos a recibir».

Vodafone, en el centro del triángulo

El pasado 7 de noviembre Vodafone España y Telefónica España anunciaron que habían cerrado los términos definitivos para crear una FibreCo, que se reparten con unos porcentajes del 37% y 63%, respectivamente. Según explicaron, cubrirá cerca de 3,6 millones de unidades inmobiliarias, y tendrá alrededor de 1,4 millones de clientes, lo que implica un nivel de penetración de aproximadamente el 40%. Para ponerla en marcha solo falta la aprobación de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), que se espera que llegue a principios del 2025.

Meses antes, en julio, MasOrange firmó con Vodafone España una carta de intenciones no vinculante para conformar otra FibreCo. Es el paso previo antes de cerrar los términos definitivos, algo que se espera que suceda próximamente. Y cuando eso pase solo quedará tener la luz verde de los organismos regulatorios. En este caso, ambas operadoras informaron de que la sociedad dará cobertura aproximadamente a 11,5 millones de instalaciones en España.

Más allá de que la situación general del sector está impulsando a las ‘telecos’, de forma general, a apostar por las FibreCo, cada operadora persigue además intereses particulares con estos movimientos. En el caso de MasOrange, su objetivo número uno es reducir su deuda, que ronda los 12.000 millones de euros. Con el dinero que ingresen podrían acercarse al objetivo que MasMóvil y Orange pactaron en el momento de la fusión, que era de tener una deuda de 3,5 veces el EBITDA (actualmente se encuentra en cinco veces EBITDA).

Con Vodafone sucede algo parecido. La compañía fue adquirida por Zegona en octubre del año pasado por 5.000 millones, y en julio de este año refinanció una deuda de más de 3.400 millones. Pero además, muchos de sus clientes que continúan actualmente utilizando cables de cobre pasarán a tener acceso a la fibra. Telefónica, por su parte, consigue con este acuerdo los clientes de Vodafone.

La búsqueda de un tercer socio

Por si fuera poco, ahora las operadoras están buscando otro socio. «Tras el cierre e inicio de operaciones, ambas partes tienen la intención de incorporar un tercer inversor en el capital de la nueva entidad de fibra, donde Telefónica mantendrá la mayoría accionarial», se recogía en el comunicado que Telefónica y Vodafone hicieron público en el momento de anunciar su FibreCo.

Lo que buscan son inversores financieros, y parece que ya hay varios dispuestos a participar. Según el medio especializado Merger Market, cuatro fondos habrían manifestado ya su interés: Vauban Infrastructure Partners, AXA Investment Managers, el fondo canadiense Caisse de dépôt et placement du Québec (CDPQ) y el fondo soberano de Singapur (GIC).

El plan es que este nuevo inversor se haga con el 40% de la nueva empresa, mientras Telefónica conserve una participación superior al 50% para tener el control y Vodafone venda gran parte de sus acciones hasta quedarse con un porcentaje cercano al 10%.

Con la Netco de Vodafone y MasOrange sucede exactamente lo mismo, y todo indicica que con porcentajes calcados. Las partes ya aseguraron que buscarían un tercer inversor, que se haría con el 40%, y en este caso MasOrange conservaría una mayoría y Vodafone se quedaría con otro 10%.

Barclays, que está asesorando a Vodafone y Telefónica en su proceso de búsqueda, estima que Zegona podría captar entre 1.800 y 2.300 millones de euros gracias a sus dos FibreCo, tal y cómo ha adelantado El Español. La operadora podría alcanzar esa cifra combinando la venta de participaciones y la venta de parte de su negocio a este nuevo socio. De igual manera, Expansión recoge que MasOrange prevé obtener 3.200 millones.

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