«Imagínense que alquilan un piso a través de un anuncio». Así ha comenzado Sonsoles Ónega a exponer uno de los asuntos a tratar durante la emisión de su programa este jueves, 28 de noviembre. La cuestión es que, con el paso de los minutos, incluso la presentadora ha visibilizado su estupor ante la treta de una casera: instaló cámaras de vigilancia en una vivienda arrendada para controlar a los inquilinos.
La localidad de Santiago de Compostela, Galicia, es el epicentro de esta polémica. «Han puesto una planta que no aparecía en el anuncio, pero detrás hay una cámara. Y lo peor es que no es la única que había en la casas, que es como vivir en el Show de Truman. Esto es lo que le pasó a Pedro», comenzaba exponiendo la presentadora del magacín Y ahora, Sonsoles, de Antena 3.
Habla el inquilino que descubrió las cámaras
Justo después de la introducción, la reportera Flavia Bertolini recogía el testimonio de Pedro. Este inquilino descubrió que su casera había instalado cámaras en un piso de alquiler, sin además haber sido avisado previamente: «Cuando entré, había cosas un poco raras. Mucho control por parte de la propietaria y de su madre… Me enviaban WhatsApp y mensajes por la plataforma casi diarios».
«Llevaba ya dos semanas y, de golpe, estaba haciendo la cena por la noche […] cuando una compañera me dice que hay una cámara detrás de la planta«, ha asegurado Pedro justo a continuación. Además de este dispositivo, encontró tres más: «Una en el rellano enfocando a las habitaciones y dos más en la entrada. Ahí fue cuando me puse en contacto con Airbnb para ver qué puedo hacer y salir corriendo».
Paralelamente a este hallazgo, Pedro se puso en contacto con la propiedad para pedir explicaciones: «En ningún momento explicó por qué. Me dijo que había algunas desactivadas, otras que no funcionaban… En ningún momento me dijo lo que pretendía. Yo creo que quería tener un control absoluto sobre la casa. La casera vivía en Estados Unidos y la madre tampoco estaba ahí».
Sonsoles Ónega reacciona en directo: «¡Ver para creer!»
Después de escuchar el testimonio de Pedro, los colaboradores arrancaron el habitual debate. Sonsoles Ónega incluso ironizó con que este tipo de noticias «podían dar ideas» a los propietarios que tengan viviendas en alquiler. Y como era de esperar, no tardó en visibilizar su estupor e indignación con un tajante «ver para creer«.
Por su parte, los analistas presentes en el plató de Y ahora, Sonsoles debatieron respecto a si era un delito la colocación de esas cámaras sin avisar previamente a los arrendadores. Carlos Quílez arrojó luz al respecto: «En la medida que se haya producido una captación de esas imágenes, un registro y una difusión de las mismas. Si no ha habido difusión de las mismas, estamos ante una voyeur, una gran hermana, que ha cometido un ilícito».