El año más caluroso registrado en la Tierra fue 2023 y superó el récord anterior establecido en 2016. Hasta ahora, las 10 temperaturas medias anuales más altas jamás registradas se han producido en esta última década. Pero 2024 va camino de establecer un nuevo récord y ser ya el año más cálido de la historia.
Aunque esto no suponga una novedad para los habitantes de muchos países, como es el caso de España, lo cierto es que está surgiendo un fenómeno nuevo y sorprendente: distintas regiones del planeta están sufriendo repetidas olas de calor tan extremas que están muy por encima de lo que cualquier modelo de calentamiento global había previsto.
Muchas regiones del planeta sufren olas de calor tan extremas que están muy por encima de lo que cualquier modelo de calentamiento global había previsto.
Un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences proporciona el primer mapa mundial de dichas regiones, que aparecen en todos los continentes, excepto la Antártida, como manchas inscritas en recuadros. En los últimos años, estas olas de calor han matado a decenas de miles de personas, han destruido cultivos y bosques y han provocado incendios forestales devastadores.
«Los grandes e inesperados márgenes con los que se han batido récords anteriores han cuestionado hasta qué punto los modelos climáticos pueden proporcionar estimaciones adecuadas sobre los cambios de temperatura media global y los riesgos climáticos regionales», dice el estudio.
«Estas regiones se convierten en invernaderos temporales», dijo el autor principal, Kai Kornhuber, científico adjunto del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Escuela del Clima de Columbia (EEUU).
El estudio analiza las olas de calor de los últimos 65 años e identifica áreas en las que el calor extremo se está acelerando considerablemente. Los investigadores han visto temperaturas máximas que se han superado repetidamente en cantidades descomunales, a veces asombrosas.
La temperatura más alta de Canadá en 2021 superó los 50ºC y al día siguiente un devastador incendio arrasó la ciudad en que se alcanzó esa cifra
Por ejemplo, una ola de nueve días que azotó el noroeste del Pacífico de Estados Unidos y el suroeste de Canadá en junio de 2021 rompió récords diarios en algunos lugares hasta en 30 °C . Entre ellas, la más alta jamás registrada en Canadá, 50ºC, en Lytton, Columbia Británica. La ciudad ardió hasta los cimientos al día siguiente en un incendio forestal provocado en gran parte por la desecación de la vegetación debido al calor extraordinario. En los estados de Oregón y Washington, cientos de personas murieron por insolación y otros problemas de salud.
Estas olas de calor extremas empezaron a producirse sobre todo en los últimos cinco años, aunque algunas ocurrieron a principios de la década de 2000 o antes. Las regiones más afectadas incluyen la populosa China central, Japón, Corea, la península Arábiga, el este de Australia y partes dispersas de África. Pero también han afectado a los Territorios del Noroeste de Canadá y sus islas del Alto Ártico, el norte de Groenlandia, el extremo sur de Sudamérica y parches dispersos de Siberia.
El noroeste de Europa, el caso más extremo
Según el informe, la señal más intensa y constante proviene del noroeste de Europa, donde las secuencias de olas de calor contribuyeron a unas 60.000 muertes en 2022 y 47.000 muertes en 2023. Estas ocurrieron en Alemania, Francia, el Reino Unido, los Países Bajos y otros países.
En esa parte del mundo, las temperaturas más altas en verano aumentan el doble de rápido que la media en dicha estación. El noroeste de Europa es especialmente vulnerable a esta situación, entre otras cosas porque, a diferencia de lugares como Estados Unidos, pocas personas tienen aire acondicionado, porque casi nunca se necesitaba. La aparición de estas olas de calor extremo ha continuado este año, pues en septiembre aún se registraban nuevos récords de temperatura máxima en Austria, Francia, Hungría, Eslovenia, Noruega y Suecia.
Los investigadores denominan a estas tendencias estadísticas «tail-widening», es decir, la aparición anómala de temperaturas en el extremo superior, o más allá, de lo que cabría esperar con simples cambios al alza de las temperaturas medias estivales. Pero el fenómeno no se da en todas partes; de hecho, el estudio muestra que las temperaturas máximas medidas en otras regiones son en realidad más bajas de lo que predecían los modelos.
Una corriente que lleva calor del sur al norte
Las causas de estos brotes de calor extremo no están del todo claras. En Europa y Rusia, un estudio anterior dirigido por Kornhuber atribuyó las olas de calor y las sequías a las oscilaciones de la corriente en chorro, un río de aire que circula continuamente por el hemisferio norte.
Rodeado por temperaturas históricamente frías en el extremo norte y otras mucho más cálidas al sur, la corriente en chorro generalmente se limita a una banda estrecha. Pero el Ártico se está calentando en promedio mucho más rápido que la mayoría de las otras partes de la Tierra, y esto parece estar desestabilizando la corriente en chorro, provocando que desarrolle las llamadas ondas de Rossby, que succionan aire caliente del sur y lo llevan a regiones templadas que normalmente no experimentan calor extremo durante días o semanas seguidas.
El calor excesivo mata a más personas en Estados Unidos que todas las demás causas relacionadas con el clima juntas, incluyendo huracanes, tornados e inundaciones. Según un estudio publicado en agosto pasado, la tasa anual de mortalidad se ha más que duplicado desde 1999, con 2.325 muertes relacionadas con el calor en 2023. Esto ha llevado recientemente a pedir que se les dé un nombre a las olas de calor, de manera similar a los huracanes, para aumentar la conciencia pública y motivar a los gobiernos a prepararse.
«Debido a su naturaleza sin precedentes, estas olas de calor suelen estar vinculadas a impactos muy graves en la salud y pueden ser desastrosas para la agricultura, la vegetación y las infraestructuras», dijo Kornhuber. «No estamos hechos para ellas y es posible que no podamos adaptarnos lo suficientemente rápido».
Estudio de referencia: https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2411258121
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