Toda la clase política y gran parte de la sociedad conocen de carrerilla las exigencias de Aragón para reformular la financiación autonómica. Unas claves que se sustentan en el envejecimiento, la despoblación, la extensión del territorio y el coste de los servicios que todos los Gobiernos han entendido en su estancia en el Pignatelli. El quinto punto, el consenso entre fuerzas políticas, será el que más cueste en esta nueva apertura del debate.

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