Gloria tan solo tiene 58 años, pero ya es abuela. Su hija vive con ella y tiene una familia monomarental, por lo que necesita que Gloria la ayude en el cuidado de su pequeña.

Cuando pidió que su empresa le redujese la jornada para poder cuidar de su nieta, esta consideró que, al no ser un familiar de primer grado, no era necesario, por lo que decidió ir a los tribunales.

Por primera vez en nuestro país, una abuela ha defendido su derecho a cuidar de sus nietos, logrando una sentencia a su favor. «Ha sido una sentencia firme», señala Gloria, orgullosa.

Su empresa se ha visto obligada a adaptar la jornada de Gloria, que por fin puede ayudar a su familia. Sin embargo, son muchas las opiniones alrededor de este asunto. ¿Adquirir este tipo de derechos supone una imposición para los abuelos?

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