El Parlamento Europeo ha dado el visto bueno a la Comisión Europea propuesta por la alemana Ursula Von der Leyen. Con votos 370 a favor y 282 votos en contra, el colegio de comisarios ya tiene luz verde para empezar a trabajar. Pese al acuerdo entre socialdemócratas, populares y liberales, ha habido delegaciones de estos grupos que han rechazado al nuevo ejecutivo comunitario. Un ejemplo es la delegación española del partido popular que ha rechazado la composición que incluye a Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva.

Aunque la portavoz del PP, Dolors Montserrat, ha jugado al despiste en su intervención, en la que ha dicho que votaría «a favor» de la Comisión y «en contra» de Ribera, finalmente los de Alberto Núñez Feijóo han cumplido con lo que han venido defendiendo en los últimos meses. Han rechazado a todo el colegio de comisarios, puesto que en este punto del proceso, la votación es a la totalidad del mismo y no a cada uno de los candidatos.

La presidenta de la Comisión Europea se ha dirigido a la Eurocámara para presentar al que será su equipo de trabajo durante los próximos cinco años. Reiterando las prioridades, la competitividad, la descarbonización y la seguridad, la alemana ha ido presentando a cada uno de los comisarios que representan a los 27 países de la Unión Europea.

Von der Leyen ha dicho que su primera gran iniciativa será una brújula de competitividad. «Esta brújula enmarcará nuestro trabajo durante el resto de la legislatura. La Brújula se basará en los tres pilares del informe Draghi. El primero es cerrar la brecha de innovación con EE.UU. y China. El segundo es un plan conjunto de descarbonización y competitividad. Y el tercero es aumentar la seguridad y reducir las dependencias», ha explicado.

Sobre Teresa Ribera, la que será vicepresidenta ejecutiva de transición limpia, justa y competitiva, ha dicho que «está bien preparada para garantizar que contemos con una política de competencia moderna que apoye nuestras ambiciones. Es una europea auténtica y entregada». El nombramiento de Ribera ha recibido aplausos del área socialista del hemiciclo y también de algunos eurodiputados de La Izquierda.

La alemana ha dicho de Rafaelle Fitto, el comisario italiano elegido por Giorgia Meloni, que se trata de una «decisión» que ella misma «ha tomado». «También porque sé lo vital que es dar a las regiones la importancia política que merecen», en un guiño no solo a la cartera de Cohesión y Reformas, sino también para zanjar la polémica sobre que por primera vez una vicepresidencia de la Comisión esté en manos del grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés) y la ocupe el candidato italiano.

Los Verdes y La Izquierda han criticado, de nuevo, que ECR tenga esta vicepresidencia. La eurodiputada española Irene Montero le ha afeado a la «socialdemocracia» que forme parte de este acuerdo en el que la extrema derecha tiene un papel tan relevante.

Unos minutos antes, la presidenta de los socialdemócratas, Iratxe García Pérez, ha dicho ante el resto de la Cámara que no aceptarán «un doble juego, no se puede construir Europa con quienes quieren destruirla». Pero Von der Leyen ya ha dejado claro que considera a ECR uno de sus socios y el Partido Popular Europeo ha sacado resoluciones adelante pactando no solo con ECR, sino también con Patriotas por Europa, el grupo en el que se enmarca Vox.

Como publicó este periódico, el arranque de la Comisión Europea se produce con una coalición débil. «No tendrá el apoyo de toda la Cámara, ni siquiera de mi grupo», ha dicho García Pérez, avanzando que algunas delegaciones socialistas también iban a rechazar este colegio de comisarios.

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