Una semana después de estrenarse como piloto oficial Ducati en los test de Montmeló, vestido de rojo intenso y por primera vez a lomos de la Desmosedici GP25 que pilotará en el Mundial la próxima temporada, Marc Márquez ha querido compartir con los medios sus sensaciones.
El octocampeón está entusiasmado con un proyecto que le ofrece las máximas garantías para intentar ampliar su increíble palmarés con un nuevo título.
“Ya tocaban los buenos momentos, las sonrisas, las celebraciones después de cuatro años con imágenes de caídas y lesiones”, ha dicho Marc para comenzar su discurso ilusionante, como ya anticipaban sus primeras impresiones al bajarse de la moto en Barcelona. “Este año todo lo que tenía en mi agenda se ha cumplido, porque no era realista pensar en el ganar el mundial viniendo de un infierno”, ha recordado.
“Ha sido una temporada para reencontrarme con mí mismo, los deportistas somos inconformistas por naturaleza y siempre queremos reinventarnos. De lo que se trataba en 2024 era de sentar las bases para preparar 2025, que es cuando intentaré pelear por volver a ser campeón”, ha advertido Márquez.
Del nuevo tándem que formará con Pecco Bagnaia en el Team Ducati oficial ha destacado la buena sintonía en los test, “coincidimos en nuestras indicaciones a los ingenieros”, ha dicho. Y también ha dejado claro que “Pecco ha ganado once de 20 carreras este año y ha sido bicampeón del mundo los dos anteriores, así que en los test de Tailandia y Malasia él llevará la voz cantante, será la referencia, luego ya veremos”. Y un aviso: “Me gustaría estar entre los tres o cuatro pilotos que lucharán por el campeonato y si puedo robarle el título lo haré, ojalá”.