El jabalí ha triplicado su población en Euskadi en las últimas décadas, por la falta de depredadores naturales y la abundancia de recursos en áreas rurales y urbanas. En Vitoria no son pocos los avistamientos en Salburua, en Bilbao en el parque Etxebarria o por ejemplo en la zona de Igeldo en San Sebastián. La sobrepoblación de esta especie mantiene preocupadas a las administraciones, por los destrozos que causan en explotaciones ganaderas y agrícolas y la siniestralidad que causan en las carreteras, unos 300 accidentes al año en entornos rurales.

Florencio Markina es zoólogo y Doctor en Biología. En Cope Euskadi nos explica que «el entorno urbano es un medio donde pueden encontrar alimentos, cerca de las basuras y también en el entorno de los caseríos». Los jabalíes han descubierto que «el medio urbano les da muchas oportunidades para sobrevivir y además la pandemia favoreció que «durante unos meses desaparecimos del entorno urbano», subraya el biólogo. 

Markina añade que «quizás ahora es más difícil encontrar jabalíes en las zonas forestales, alejadas de las poblaciones, porque en los entornos urbanos encuentran mayor oportunidad de alimento y además no nos metemos mucho con ellos».

El biólogo alerta sobre los riesgos de este acercamiento a las ciudades. Explica en Cope Euskadi que los jabalíes, por un lado, «levantan los pastizales y entran en los huertos de las explotaciones y además los destrozan, por su pequeña estatura». Y es que los jabalíes dedican un 60% de su tiempo a comer y son, según el biólogo, como «un estómago con patas». 

Otro de los riesgos para el biólogo es que, aunque son animales «súper» resistentes a todo tipo de enfermedades, en cambio sí son «portadores» de enfermedades. Esto significa, según nos cuenta Florencio Markina, que pueden «contagiar enfermedades al ganado pero también enfermedades zoonóticas a los humanos, como la tuberculosis».

Vídeo jabalíes en Gaintza en 2024

Florencio Markina asegura que la caza es el único método «efectivo» hoy en día para controlar la «sobrepoblación» de jabalíes. Explica que «a pesar de lo que dicen, ni los predadores naturales como el lobo, podrían controlar ya esta sobrepoblación». Y apunta a la caza aficionada, durante los fines de semana o lo caza profesional, que ya se utiliza en otros países de Europa, como método para mantener «a raya» una especie que tiene una estrategia  reproductiva muy parecida a los roedores y que por ello «puede llegar a niveles de población bastante peligrosos».

a la caza del jabalí

En Euskadi en 2024 se han registrado 40.000 licencias de caza activas. Muchas de estas licencias son de cazadores que, en colaboración con las instituciones, se dedican a abatir jabalíes, durante la época de caza mayor, desde otoño a primavera, para evitar la «sobrepoblación» de esta especie. Vitoria abatió el pasado año 34 jabalíes. En Álava y Bizkaia cada año los cazadores abaten unos 3.000 ejemplares y en Gipuzkoa alrededor de 2.500.

En Gipuzkoa los cazadores llevan casi tres meses sin cazar. Se han «plantado» y solicitan a la Diputación hacerlo de forma «segura» después de que una vecina de Deba falleciera en su domicilio por una bala perdida durante una batida en 2023. La Diputación de Gipuzkoa espera llegar en fechas próximas a un acuerdo con los cazadores para que se reanuden las batidas. Los cazadores confirman que están en «contacto» y subrayan que la solución pasa por cambiar la actual Ley de Caza del Gobierno Vasco. 

ley de caza del gobierno vasco

El coordinador de la Federación de Caza de Gipuzkoa, Aritz Ezeiza, explica en Cope Euskadi que, aunque están en conversaciones con la Diputación de Gipuzkoa, la solución «no parece fácil» con la actual Ley de Caza. El «quid» de la cuestión son las distancias de seguridad y Ezeiza explica que dicha ley, que se hizo hace mucho tiempo cuando no había caza mayor, no está pensada para la orografía de Gipuzkoa, «con montes muy cerrados, densamente poblada y con muchas pistas forestales y riachuelos, también protegidos». 

Una ley que supone «un corsé» para los cazadores porque según el coordinador de la Federación de Caza de Gipuzkoa, «obliga a practicar la caza de un modo en Gipuzkoa que no es práctico». Por esta razón Ezeiza nos cuenta que ambas partes coinciden en que la única solución pasa por modificar dicha ley, competencia del Gobierno Vasco.

Al problema de la orografía y la densidad de población en Gipuzkoa se une que los jabalíes cada vez se acercan más a los entornos urbanos en busca de comida. Ezeiza explica que «cada vez nos vemos abocados a cazar en zonas urbanizadas, porque además es donde más tranquilos se sienten, en aquellas zonas de seguridad donde no se puede cazar con normalidad y en las que se afanan en acudir».

Los cazadores insisten en salir a cazar en condiciones de seguridad. Tras el desgraciado accidente en Deba, la Diputación de Gipuzkoa abrió 22 expedientes sancionadores. Ahora piden salir a cazar de forma segura porque «si ocurre un accidente, la responsabilidad última es la de los cazadores que realizan las batidas», subraya Ezeiza. Si los cazadores no realizan batidas esta temporada, la población de jabalíes podría verse incrementada el próximo año en unos 6.000 ejemplares en Gipuzkoa.

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