Pasaban las tres de la tarde cuando Alberto Núñez Feijóo regresó a su escaño el miércoles pasado para escuchar los cinco minutos de réplica de la diputada Ester Muñoz en la comparecencia de Teresa Ribera sobre la gestión de la DANA en Valencia. No siempre lo hace pero ese día quería estar. El PP llevaba días inmerso en una operación política de desgaste contra la ministra de Transición Ecológica, que en mitad del pleno ya supo que tenía luz verde para ser vicepresidenta de la Comisión Europea. Los conservadores aspiraban a que no fuera tan rápido.

Fuente