Los institutos de Castellón han puesto el alto a la entrada en sus dominios de los patinetes eléctricos, unos vehículos cuyo uso está muy generalizado entre los adolescentes y jóvenes en edad de ir a Secundaria, y que ahora deberán buscar aparcamientos alternativos. Es el caso, por ejemplo, del IES Francisco Ribalta de la capital, que desde hace apenas unas semanas ha restringido «la entrada de patinetes eléctricos en todo el recinto, por motivos de seguridad».
Lo avisaba la dirección del centro a finales de octubre, medida que se hizo efectiva a partir del 4 de noviembre. Loles Mezquita, directora del decano instituto de la avenida Rey Don Jaime, explica que «el uso de estos vehículo de movilidad personal (VMP) ha supuesto un boom en los últimos años, sobre todo entre el alumnado más mayor que viene de tarde y, en un centro histórico como el nuestro, su mal uso se traducía en choques contra las columnas, rascadas en las paredes o incluso carreras en la entrada». «Los conserjes ya habían alertado del tema y, después de muchos avisos, se ha prohibido, sin problemas», señala Mezquita.
El Ribalta no es el único. Ni Castelló la única ciudad en poner esta restricción en marcha. El IES Bovalar ya lo aplica hace tiempo. «En el contexto de que cada vez más alumnado usaba este medio de transporte decidimos, ya el pasado curso, instalar aparcamientos dentro de la valla, pero fuera del edificio», señala su director, Antoni Solano, quien indica que «falta normativa al respecto, y cada centro actúa según su autonomía». Jorge Bellés, del IES Politècnic, explica, por su parte, que «no se permite el acceso al centro, ni a los aularios ni a los pasillos, sino que se ha habilitado un aparcamiento en el que antes había bicicletas y ahora hay VMP».
Prohibición extendida
El tema de los patinetes eléctricos no pierde comba en el día a día de los institutos. Y no solo en la capital de la Plana, sino en toda la provincia.
Su veto llega después de que en Castellón, desde hace ya casi un año (diciembre de 2023), no se permite el acceso a los trenes, ni Cercanías, ni Regionales, ni Alta Velocidad, ni en buses urbanos (sí en el Tram) con el patinete eléctrico ni plegado ni al hombro. Es, según la normativa vigente, un tema de seguridad después de que varias baterías de vehículos explotaran en el Metro de Madrid, causando importantes daños materiales. En Castelló pasó un tema similar en el IES Politècnic, con el correspondiente «susto en el aula».
En la capital y Benicàssim, además, su uso está incluido en la ordenanza municipal -la de Castelló entra en vigor en 2025- y contempla aspectos como la edad mínima permitida para conducirlos, de 15 años; el requisito de un certificado de circulación, y el hecho de que deberán ir por el carril bici.
Casos de robos
Los directores coinciden, asimismo, en que los patinetes son «muy golosos» para los ladrones. Y ya han tenido casos de robos. Es el caso de Benicarló, o en el mismo Politècnic. «Pasó hace dos años, el año pasado y este ya llevamos uno», explica Bellés, señalando que «se permite acceder al centro con el patinete, dejándolo en el exterior, candado, y el centro no se responsabiliza de él. En el IES Caminàs también «saltaron la valla y se llevaron un patinete», explica Solano.
Todos apuntan, por lo tanto, a la necesidad de habilitar aparcamientos especiales, sobre todo en los puntos de mayor afluencia, como los institutos. En el Ribalta, la dirección ya lo ha elevado al Ayuntamiento. «Estamos a la espera», dijo Mezquita.
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