“No se me pasó por la cabeza abstenerme, que me tuviera que ir, no vi motivo de abstención, conozco a todo el mundo que se presentaba al concurso. En Mallorca nos conocemos todos. Mi tío Manolo Nadal también se presentaba. Pero no tenía ningún interés especial con ninguno de ellos, ni una amistad o enemistad manifiesta”. El exconseller de Turismo, Carlos Delgado (PP), rechazó ayer haber prevaricado durante el proceso de privatización del puerto de Calanova en los años 2012 y 2013 en la primera sesión del juicio que se celebra esta semana en la Audiencia de Palma.
Delgado negó ante el tribunal de la sección primera que fuera amigo del beneficiario de la adjudicación del puerto de Calanova, el abogado Carlos Gelabert, su actual socio de despacho. Según su versión, en las fechas de la licitación tenía una relación con él de cliente abogado, ya que Gelabert se encargó de presentar la demanda de su divorcio. Y, en la actualidad, no son amigos, sino buenos compañeros de despacho «Nos respetamos, nos apreciamos, pero no he ido a comer o cenar en plan personal», precisó. “Él me dijo que se iba a presentar al concurso. Me pareció fenomenal. No me abstuve ni con él ni con mi tío Manolo Nadal”, recalcó el exalcalde de Calvià.
El exconseller en el Govern de José Ramón Bauzá descartó también cualquier trato de favor. “Si me hubiera querido beneficiar, no hubiéramos privatizado Calanova”, señaló. “Yo volvería a hacer lo mismo”, subrayó, defendiendo su actuación en este asunto. “No había un solo puerto en Balears que tuviera esa situación. Ese puerto era un desastre. Ahora, el canon se sigue pagando, el puerto funciona, se ha arreglado, sigue la escuela de vela y la comunidad autónoma sigue ganando dinero. Volvería a hacer lo mismo”, subrayó.
Plan de saneamiento
Delgado recordó que en 2011 recibió la instrucción por parte de vicepresidencia del Govern de privatizar la explotación de los puertos dentro de un plan de saneamiento ante la grave situación económica que atravesaba la comunidad autónoma. “Se lo comenté a Joaquín Legaza y él me dijo que el puerto de Calanova era un verdadero desastre. Me dijo es el que más gasto nos supone para la Administración, tiene un déficit de unos 700.000 euros, las instalaciones están muy viejas y hay un mangoneo histórico con los amarres, hay gente que no paga o no paga lo que toca y nadie se ha atrevido a meter mano. Mucha gente importante disfrutaba de los amarres sin pagar, políticos y algún juez”, manifestó el principal acusado.
“Me lo sugirieron que fuera Calanova y me pareció bien. El motivo era una mala gestión. Nadie podía discutir que Calanova era el puerto elegido. Me lo propuso Joaquín Legaza”, confirmó Delgado, en referencia a su hombre de máxima confianza, que en aquella época era el secretario general de la conselleria de Turismo. “Confío plenamente en su capacidad y honradez. Tenía y tengo plena confianza en él. Yo le dije de sacar a subasta Calanova al mejor postor, pero él me dijo que no era posible, que se tenía que sacar por concurso. Yo no quería problemas. Ya sé cómo funcionan estas cosas. De todo se encargó Legaza. En Mallorca nos conocemos todos y a mí me conoce todo el mundo. El señor Gelabert me traía sin cuidado, no era nadie. Yo estaba a otro nivel. Me dijo que se iba a presentar y ya no supe más. Yo lo derivaba todo a Legaza. A todos los enviaba a Legaza. Yo estaba volcado en Turismo. Hicimos una ley en un año. El conseller no estaba en esos temas. Un día de mi vida política puse 10.000 firmas. Yo tengo plena confianza en él. En la Administración tienes que delegar en personas de tu máxima confianza. Yo no firmaba nada sin su visto bueno. Él velaba por mi seguridad jurídica. Todo lo delegaba en Legaza. Yo le daba las directrices políticas”, abundó Delgado.
Ambos están acusados de prevaricación y tráfico de influencias por presuntamente favorecer al actual socio de despacho de Delgado, que consiguió un beneficio de 700.000 euros, según la Fiscalía Anticorrupción, que solicita nueve años de inhabilitación, un año y nueve meses de cárcel y una multa de más de un millón de euros. Además de Delgado y Legaza, se sientan en el banquillo otros cuatro sospechosos.
Podía ser ‘panadero, en vez de abogado’
“Yo era conseller, podía ser panadero, en vez de abogado. No era mi trabajo analizar solvencias técnicas. Todo el tema empresarial de Gelabert me traía sin cuidado. Yo no estaba en estos temas”, insistió Carlos Delgado.
El exconseller cargó contra la abogacía de la comunidad autónoma y contra una testigo, la expareja de Gelabert, quien apunta a una relación de amistad entre los dos hombres que luego acabaron convirtiéndose en socios de despacho. “Si a esta señora no la hubieran dejado plantada, no estaríamos aquí sentados, lo que dice es mentira. Todo es mentira. No nos veíamos una vez por semana, todo eso es mentira. No he ido nunca en barco con ella. La habré visto una o dos veces. Nunca hablábamos por teléfono con Gelabert utilizando los teléfonos de nuestras parejas”, destacó Delgado, quien confirmó que grabó una conversación de esta testigo con su exmujer. “El señor Gelabert la dejó plantada en su boda y yo soy un daño colateral. Por hacerle daño a él, me hace daño a mí. La querella ha quedado en nada. Aquí estamos sentados por lo que ha dicho ella”, insistió contrariado Delgado.
La vista oral prosigue hoy en la Audiencia Provincial con la declaración del resto de acusados. La sala rechazó ayer las tres cuestiones previas planteadas por las defensas, que alegaron falta de jurisdicción del juez instructor, falta de legitimación de la acusación popular y falta de cumplimiento de los plazos procesales.
José Antonio Choclán, el abogado de Aldama, en el juicio
El reconocido abogado penalista José Antonio Choclán, letrado del presunto comisionista del caso Koldo, Víctor de Aldama, que ha puesto en jaque al Gobierno de Pedro Sánchez con sus graves acusaciones, ejerce la defensa de dos empresarios en el juicio del caso Calanova en la Audiencia de Palma. El exjuez de la Audiencia Nacional ayer no quiso hacer declaraciones sobre el caso Koldo.
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