Los consumidores tomaron conciencia de su compañía de luz con la crisis energética. Y ante la subida de los precios se dispararon los intercambios de comercializadora en busca de la mejor oferta. Sin embargo, una vez superada la crisis, los cambios no solo no cesan, sino que se incrementan: en el primer semestre de este año se ha batido el récord histórico con casi 4 millones de permutas al calor de los bajos precios.
Así se desprende del último informe sobre el mercado minorista de la electricidad publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que además refleja la pérdida de 400.000 clientes de las tres grandes eléctricas –Endesa, Iberdrola y Naturgy– en favor de Repsol y las comercializadoras independientes, como Octopus Energy o Eni.
En el primer trimestre de 2024, el número de cambios de comercializador en el sector eléctrico ascendió a 1,95 millones, lo que supone un incremento del 22,3% respecto al trimestre anterior y un 11% más sobre el mismo periodo del año anterior. Esa cifra suponía ya un récord histórico de permutas respecto a trimestres previos, que sin embargo fue pulverizada en el segundo trimestre, cuando se alcanzaron 1,98 millones de cambios (6,5% de los consumidores).
En total, 3,9 millones de cambios en la primera mitad del año, un 20% más que en el mismo periodo de los dos años precedentes, que estuvieron marcados por un récord de canjes derivados de la astronómica subida de los precios de la luz. En estos primeros seis meses, fue justo la situación contraria la que fomentó los movimientos: el mercado mayorista marcó una media 39 euros por megavatio-hora (MWh), un 55% menos que los dos semestres anteriores y un 80% menos que en el primer semestre de 2022, el más caro de la historia.
Más competencia
Si se amplía el foco, en el año móvil que comprende el periodo entre julio de 2023 y junio de 2024 casi uno de cada cuatro consumidores cambiaron de compañía de luz (7 millones). Esta intensidad de los consumidores por buscar una nueva empresa con la que contratar el suministro eléctrico implica que el mercado español goza de un buen nivel de competencia, según un estudio reciente de la consultora PwC. No obstante, la firma también añade que “solo una perspectiva a largo plazo puede contribuir a una mejor comprensión de qué ha desencadenado el cambio de comercializador y cómo reacciona un mercado competitivo ante esto”.
La mayoría de los cambios –el 78,4% en el primer trimestre y el 80,6% en el segundo– se produjeron en el mercado libre, es decir, consumidores que tenían una tarifa fija suscribieron su contrato con otra comercializadora. A finales de junio había 21,8 millones de usuarios en el mercado libre (71,8% del total), mientras en el regulado apenas llegaba a 8,6 millones. Este último ha sido históricamente el que ofrecía la tarifa más barata porque está vinculado al precio mayorista, pero con la crisis muchos consumidores rescindieron estos contratos y buscaron refugio en una tarifa fija.
Repsol, líder en captación
En cuanto a las compañías, los cinco grandes grupos (Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol y TotalEnergies) copan más del 90% del total del mercado eléctrico (si se suma mercado libre y regulado), pero las tres principales empresas eléctricas (Iberdrola, Endesa y Naturgy) perdieron en la primera mitad del año unos 400.000 clientes, en favor de Repsol (104.000), Totalenergies (37.000) y las pequeñas comercializadoras (372.000). En esta última categoría destaca Octopus Energy, el Grupo MásMóvil y el Grupo Eni con un crecimiento de 107.000, 35.000 y de 33.000 clientes, respectivamente.
Endesa es la compañía que más clientes pierde, 229.000 en un solo semestre, mientras Iberdrola cede 129.000 usuarios y Naturgy casi 40.000. “Estamos preocupados por la pérdida de consumidores”, reconocía el consejero delegado de Endesa, José Bogas, durante la presentación de resultados de la empresa del tercer trimestre, celebrada a finales de octubre, hecho que vinculaba al descenso de los precios del mercado mayorista.
Sin guerra de precios
Pero al mismo tiempo, aclaraba que esta nueva competencia “no está muy basada en descuentos, sino más bien en campañas comerciales agresivas”, descartando, así, que el sector se encamine a una encarnizada guerra comercial por ver quién ofrece el precio más bajo, como ocurrió con las empresas de telecomunicaciones y que llevó a esta industria a una fulgurante caída de ingresos.
Según el directivo, las pequeñas empresas han “incrementado su actividad” ante el descenso de los precios mayoristas, que les permite vender electricidad basándose en precios de futuros y comprarla en función del mercado diario, de forma que “cuando hay precios tan bajos (como los del primer semestre) son más agresivas que en otros momentos en los que los precios son más altos”.
Mientras, las compañías de petróleo y gas “combinan ofertas de electricidad y gasolina”, lo que incentiva su contratación. “No sé si es lo correcto, pero es muy bueno para ellos. Tienen una posición fuerte en el mercado”, añadía Bogas en clara referencia a Repsol, que desde que compró Viesgo en 2018 suma 1,9 millones de clientes de luz con esta estrategia multienergía.