Victor de Aldama, el «nexo corruptor» de la trama Koldo según la Guardia Civil, apuntó directamente a Pedro Sánchez en su declaración ante el juez el jueves y sus palabras han sido aprovechadas por el PP para tratar de pasar página de la polémica gestión que Carlos Mazón (PP) ha hecho de la DANA, que ha provocado al menos 220 muertos en la Comunitat Valenciana.
Las palabras de Aldama podrían ser mentira, una mera estrategia de defensa para poder salir de la cárcel, pero en el PP consideran que les van a dar «la misma pátina de veracidad» que los socialistas les dieron en su momento a las declaraciones del extesorero del partido Luis Bárcenas y el excomisario José Manuel Villarejo. Aldama detalló su supuesta relación con el presidente del Gobierno y los contactos con otros miembros del Ejecutivo como Teresa Ribera y María Jesús Montero, además de con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, a quien el empresario acusó de recibir 15.000 euros en comisiones. Estas acusaciones de Aldama llegan solo una semana antes de que el partido socialista celebre el congreso federal que volverá a ungir a Sánchez como líder.
Tras la publicación el jueves en los medios de comunicación de las palabras del empresario, Alberto Núñez Feijóo se apresuró a salir para volver a pedir la dimisión de Sánchez y ofrecerse a los socios del Gobierno, otra vez, a presentar una moción de censura. El líder del PP compareció en un salón del Congreso (sin opción a preguntas de la prensa) solo diez minutos después de que todos los aliados de Sánchez, entre ellos Junts y PNV, que son los dos partidos que podrían ayudarle a tumbar al Gobierno, habían vuelto a mostrar su apoyo a Sánchez en el trascendental impuesto a la banca.
Las votaciones del jueves en el Congreso y las declaraciones recurrentes de los nacionalistas catalanes y vascos subrayando que no apoyarán una moción de censura de Feijóo que, de forma indefectible, también incluiría a Vox, hacen que esa opción sea por ahora una mera herramienta para el PP para retratar a los socios, pero no una amenaza que pueda prosperar.
«Tirar de la manta»
Apenas 24 horas después lo verbalizó la número dos del PP, Cuca Gamarra. La secretaria general dijo en Telemadrid que no se plantean presentar una moción sin respaldos y solo para denunciar las graves acusaciones de corrupción contra el Ejecutivo. España, afirmó Gamarra, «no necesita un ‘debate del estado de la nación» para hablar de la “corrupción” del Gobierno. Lo que necesita, añadió, es que los socios del Ejecutivo digan “si van a seguir avalando con sus votos esta corrupción”.
En todo caso, para lo que sí están sirviendo las palabras de Aldama y la amenaza de la moción de censura es para cambiar el tema de conversación en torno al PP. Las preguntas sobre el apoyo de Feijóo a Mazón o sobre las tres horas que estuvo desaparecido en una supuesta comida de trabajo se han desvanecido desde el jueves en las intervenciones de los dirigentes ante los medios.
“Nos está ayudando a cambiar el foco, por mucho que todos en el PP estábamos esperando que Aldama tirara de la manta y era algo que teníamos en el guion”, apunta un barón con mando en plaza. Para este dirigente las palabras de Aldama al salir de la cárcel en libertad provisional, el jueves por la noche, son una muestra de que el Ejecutivo está en “un agujero” del que no va a poder salir. “Si tantas pruebas quiere, que no se preocupe el señor Sánchez, que va a tener pruebas de todo lo que se ha dicho”, declaró el empresario horas después de que el presidente del Gobierno le trata de “delincuente” y asegurara que todo lo que había dicho era una “inventada”.
«Rehén» de Puigdemont
Este barón cree que Feijóo hace bien en poner sobre la mesa la moción de censura para “retratar a los socios”, pero no ve “lógico” registrarla, debatirla y perderla en el Congreso, porque los “números no dan”. Otros tres presidentes autonómicos consultados tampoco consideran factible dar ese paso en un momento en el que Sánchez ha conseguido sacar una votación importante en el Congreso, con el paquete fiscal, y se ve con más fuerza que hace una semana para intentar abordar los Presupuestos Generales de 2025. “Yo creo que ya habrá tiempo para algo así. El PNV no está en eso, porque dependen de los socialistas en Euskadi. Y Carles Puigdemont para mí no es una opción”, afirma una jefa autonómica conservadora. Esta última observación es repetida en varios territorios desde febrero. Aquel mes Feijóo reveló que su partido había llegado a estudiar la posibilidad de conceder una ley de amnistía a los dirigentes del ‘procés’ tras las conversaciones que había mantenido con Junts en el verano de 2023 para su fallida investidura. “Ahora Sánchez es rehén de Puigdemont. Si nosotros aceptamos sus votos, el rehén será Feijóo. No tiene sentido”, afirmaron fuentes de la Comunidad de Madrid entonces.
Las «barbaridades» de los ultras
Los dirigentes autonómicos consultados coinciden en el repunte que Vox está reviviendo en las encuestas a raíz de la DANA y su negación del cambio climático. “Están diciendo que Sánchez está aprovechando para cargarse coches por la Agenda 2030. Dicen barbaridades y les sale gratis. Los coches están destrozados por el lodo y no funcionan”, ejemplifica un alto cargo del PP que está trabajando en la Comunitat Valenciana desde hace 20 días. “Vamos a necesitar más de un año para volver a una vida medio normal en Valencia. Si hay generales antes, Feijóo no llega…. Necesitamos a la Comunitat Valenciana”, desliza ese alto cargo sobre el granero de votos que siempre ha sido esa autonomía para el PP, una preocupación que se ha extendido por el partido tras la catástrofe natural.
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