Después de la gran manifestación que recorrió Madrid el pasado mes de octubre para reivindicar que la vivienda no es un negocio, Barcelona ha hecho lo propio este sábado en otra multitudinaria marcha convocada por el Sindicat de Llogateres bajo el lema ‘Se ha acabado. Bajemos los alquileres. Por una vivienda digna para todos’.

Más de 4.000 organizaciones y 60 comités han hecho un llamamiento masivo para unirse a esta marcha que ha desbordado la capital de Cataluña desde antes de las cinco de la tarde de este sábado. Y unas 22.000 personas, según la Guardia Urbana, han atendido a este llamamiento -126.000 según los organizadores-.

Más de 30 columnas han salido de diferentes puntos del área metropolitana de la Ciudad Condal y de todos sus barrios movidas por su condena a hacia unas administraciones que han sido incapaces de hacer frente a la patronal inmobiliaria, los fondos buitre, los rentistas, los alquileres turísticos y cualquier agente gentrificador que han provocado que el precio medio del alquiler en Barcelona esté en la actualidad por encima del salario mínimo interprofesional, en los 1.178 euros. 

Carme Arcarazo, portavoz del sindicato, en declaraciones a la prensa ha llamado a que la manifestación sea un “punto de inflexión”. Así, se ha dirigido a los propietarios: “Basta ya de los rentistas que cada vez son más ricos mientras nosotros somos más pobres”. “Basta ya de políticas cosméticas, tocan políticas de verdad y no excusas de competencia, porque hay un partido que gobierna en Madrid, Barcelona y Cataluña”, ha añadido,

De la misma forma, Arcarazo ha llamado a su vez a los inquilinos a organizarse para “caminar hacia una huelga de alquileres”, algo que ya se promovió en la marcha que recorrió las calles de Madrid el pasado 13 de octubre. “Si nos unimos, tenemos mucho más poder que cualquier político o rentista”, ha subrayado.

Las principales demandas

Las principales demandas del Sindicat de Llogateres, entidad coordinadora de la movilización, son cuatro. En primer lugar, la bajada de los alquileres un 50%, ya que los precios, según han explicado, se han duplicado en la última década; seguida de la implementación de contratos indefinidos, “para poner fin al chantaje y la inseguridad al final de cada contrato”, y de la recuperación de las viviendas para el uso residencial. En este tercer punto consideran que “las viviendas vacías, turísticas y de temporada deben volver al mercado residencial”.

Y, por último, el Sindicat de Llogateres pide la prohibición de la compra especulativa y el gravamen de la multipropiedad para acabar con la acumulación de vivienda.

Encabezados por una pancarta con el mensaje “Se ha acabado, bajemos los alquileres. Por una vivienda digna para todos”, los manifestantes han lanzado consignas como “ni especuladores, ni bancos, ni fondos buitre”, “la vivienda, gratuita y universal”, “ninguna vecina fuera del barrio” o “no se entiende, gente sin casas y casas sin gente” o “no toleraremos más desahucios”.

Una reclamación cada vez más fuerte

Esta multitudinaria manifestación llega a Barcelona tras la masiva marcha de Madrid y otras movilizaciones en Málaga o Sevilla. Este sábado también se han llevado a cabo otras dos movilizaciones con el mismo objeto de crítica. Han sido en Jerez de la Frontera (Cádiz) y en Burgos (Castilla y León).

Además, en el caso concreto de Cataluña, la movilización también llega después de anuncios en materia de vivienda y para contener el turismo masivo por parte de la Generalitat, presidida por el socialista Salvador Illa, y el Ayuntamiento de Barcelona, bajo la batuta de Jaume Collboni.

Conviene recordar que Cataluña es la única comunidad autónoma que ha aplicado la regulación de los precios del alquiler por la Ley de Vivienda. Según los últimos datos ofrecidos, este tope ha permitido bajar entre un 3 y un 5% el precio del alquiler, aunque unas cifras muy alejadas de lo que se podría considerar óptimo para no ahogar a los arrendatarios.

La situación con los precios del alquiler ha llegado hasta tal punto que cada vez suena con más fuerza la huelga de alquileres, con lo que se pretende visibilizar la precariedad que afecta a muchos arrendatarios y exigir al gobierno que lleve a cabo medidas que protejan el derecho a una vivienda digna y asequible.

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