En los últimos meses Alberto Núñez Feijóo ha tenido que responder muchas preguntas sobre si estaba dispuesto a presentar una moción de censura. Vox lo ha exigido en más de una ocasión y el PP es consciente de que ante los distintos escándalos que han salpicado al Gobierno sus bases e incluso dentro del propio partido pedían “respuestas más duras”. Por eso, el líder conservador se anticipó ayer en unos términos que no había hecho antes. Asumió -como es sabido- que no tiene números suficientes, como tampoco los tuvo para su investidura. Pero se quitó la presión de su rival por la derecha y trató de enviar un mensaje claro a los suyos: que está preparado y que si algún socio considera, como él, que la situación de Pedro Sánchez es insostenible, está “a disposición”.

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