«La calidad del sueño es mucho más importante que la cantidad. Hicimos un estudio con 4.000 personas y vimos que el sueño intermitente es mucho más problemático que el número de horas que uno duerme. Lo fundamental es dormir profundamente. Yo duermo entre 4 y 5 horas, pero muy profundo», reflexionaba en una entrevista con RAC1 Valentí Fuster, director general del I Mount Sinai Fuster Heart Hospital.

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