Entre los amantes del género de la telecomedia, Timothée Chalamet es solo el hermano pequeño de Pauline Chalamet, la mejor heroína de ‘La vida sexual de las universitarias’ (Max, tercera temporada desde el viernes, día 22), exitosa serie sobre cuatro ‘roomies’ de una universidad de Vermont y, lo han adivinado, sus maniobras sensuales en la oscuridad, entre otras muchas cosas. Chalamet brilla como Kimberly, ingenua joven de Arizona que en la primera temporada vivía todo un despertar sexual y que en la segunda besaba al chico inapropiado, el ex de una de sus mejores amigas. Hablamos con la actriz (también emergente productora) sobre las próximas etapas de Kimberly y qué significó para ella, Amrit Kaur (Bela) y Alyah Chanelle Scott (Whitney) no tener a su lado regularmente en los nuevos episodios a Renée Rapp, ahora más centrada en su carrera musical.

En anteriores temporadas vimos a Kimberly ganando seguridad en sí misma y, bueno, haciéndose adicta al sexo por el camino. ¿Cómo describiría su camino en esta temporada? 

Kimberly empieza la tercera temporada un poco alicaída, después de haber el roto el ‘girl code’ [al besar a Canaan, exnovio de su amiga Whitney]. Y creo que inicia una especie de camino hacia la madurez, en el que empieza a ser algo más realista con sus expectativas vitales y con sus propias capacidades para lograrlas. Creo que ese es su arco esta temporada. Lo que hace es asentarse un poco más en la realidad.

Fue difícil para nosotros, los espectadores, los fans, sentir simpatía por Canaan a la vez que por Whitney. ¿Fue difícil para usted encarnar este conflicto de intereses? 

Para serle honesta, tardé un poco en entender la gravedad de lo que hizo. Canaan y Kimberly tenían una trama como colegas de trabajo en Sips [cafetería del campus]. Y, por algún motivo, siempre había visto esa historia como algo totalmente alejado de Whitney y Canaan. Pero, cuando filmamos la escena en que Whitney baja por las escaleras y les ve besándose, caí totalmente en la cuenta de la importancia del acontecimiento. Fue entonces cuando pensé: «Oh, vaya, esto… no está bien». 

La serie lanza chistes a ritmo casi de metralleta, pero a la vez es un retrato perceptivo de la amistad femenina y sus especificidades, ¿verdad? Puede llegar a tocar la fibra. 

Me encanta que la serie sea así. Los chistes se suceden sin parar, pero la serie se toma en serio las emociones de ese periodo de tu vida, en los últimos años de adolescencia o el comienzo de la veintena, en que estás intentando tomar las riendas de tu vida.  

¿Fue difícil despedirse de Renée Rapp como actriz regular? 

Sí, fue realmente duro. Ella era una parte importante de la serie. Pero ha sido emocionante ir viendo lo bien que le iba en su vida profesional y con su música. Hemos podido compensarlo con un gran reparto coral de chicas. Hay bastantes historias individuales esta temporada, lo que ha permitido que entraran nuevos personajes en escena o que el personaje de Lila [compañera de Kimberly en Sips, encarnada por Ilia Isorelýs Paulino] tuviera más relevancia. Acabó siendo una temporada muy divertida de rodar. 

Las chicas de la sororidad Kappa Betta Rho son algo tronchante. 

Son algo increíble, es cierto. No fui a una universidad donde hubiera nada de eso, esa clase de hermandades estudiantiles. Es algo totalmente exótico para mí. Es muy divertido ver a Whitney en esas escenas; de algún modo, sus reacciones representan lo que mucho de nosotros sentiríamos si estuviéramos en mitad de una de esas sociedades exclusivas. Hay al menos dos episodios muy centrados en ellas y estoy entusiasmada por que la gente los vea. 

Volvamos por un momento a sus años formativos. ¿Puede compartir algunos de sus primeros recuerdos como intérprete? No sé si usted y su hermano Timothée hacían pequeños números para la familia. 

Sí que montábamos pequeños espectáculos para nuestros familiares. Recuerdo haber cantado canciones del primer álbum de Britney Spears delante de algunos; de forzar a mis padres y a mi abuela a verme cantar [risas]. Durante mucho tiempo, creí que iba a ser bailarina de ballet clásico. Estudié en la School of American Ballet y ese era el camino al que estaba orientada. Era un trabajo durísimo. Trabajar en la interpretación puede serlo, pero estar en el mundo del ballet pasa factura a tu cuerpo y no deja espacio para nada más. Después, mientras estudiaba en el instituto LaGuardia [en el que se basó ‘Fama’], empecé a tomarme la actuación más en serio, pero no estaba del todo segura, así que en la universidad [Bard] estudié no solo teatro, sino también ciencias políticas, y luego fui becaria de una ONG [International Crisis Group, dedicada a la prevención y resolución de conflictos armados]… No lo tenía del todo claro. Fue al mudarme a París y estudiar en Le Studio Asnières que entendí que este era mi camino. 

Fue difícil despedirse de Renée Rapp, pero ha sido emocionante ir viendo lo bien que le iba en su vida profesional y con su música

Igual que Whitney, tuvo que trabajar en la propia universidad [en su caso, en la biblioteca] para poder pagarse los estudios. ¿Le acercó eso al personaje? 

Desde luego que sí. Leí el guion del piloto sin saber para qué personaje haría la prueba. Y para mis adentros pensaba: «Realmente espero que sea Kimberly, porque pillo a este personaje, lo entiendo». Yo también pasé de una escuela pública a una institución privada y pude ver de qué manera el dinero sirve para comprar la educación. 

¿Suelen su hermano y usted comentar sus respectivos planes de carrera, sus aspiraciones? 

Sí, nos sentimos muy cerca el uno del otro, así que hablamos sobre todas nuestras cosas. 

¿Y cuáles son sus aspiraciones profesionales ahora mismo, no solo en la interpretación, sino también en la producción? 

Tengo una productora, Gummy Films, con base en Nueva York. Hicimos un corto el año pasado [‘Lemon tree’, de Rachel Walden] que estuvo en la Quincena de Cineastas de Cannes. Estamos trabajando en algunos largos ahora mismo. Cuando actúas tienes mucho menos control que cuando produces, así que estoy disfrutando de esta parte de mi carrera. 

¿Teme que la serie siga siendo un éxito y llegada a una cierta edad todavía le toque hacer de joven universitaria? Aunque eso no es ningún problema para el reparto de algunas series de instituto… 

Como ‘O.C.’, en la que eran todos ya bien mayores! Pero no, no me preocupa en absoluto. Estaré agradecida si puedo seguir haciéndola y disfrutando de la compañía de su equipo durante mucho tiempo. 

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