- Bulos o información rigurosa
- Distribución de publicidad institucional
El periodista Eduardo Inda ha interpuesto una demanda contra el diario Público a raíz de una información publicada el pasado año en la que se señalaba que el Ayuntamiento de Sevilla, bajo el gobierno del Partido Popular, destinó más de 300.000 euros en publicidad institucional a plataformas consideradas por Público como “medios de desinformación”. Entre las cabeceras citadas el artículo incluyó a Ok Diario, dirigido por Inda, así como al portal El Debate y el canal Estado de Alarma, de Javier Negre.
La denuncia, que exige la rectificación de dicha información, se fundamenta en la negativa de Público a publicar un texto de rectificación a petición de Inda, en el que se rechaza la etiqueta de “medio de desinformación” para Ok Diario.
Bulos o información rigurosa
En el texto propuesto, Inda afirma que ni él ni su medio han sido condenados judicialmente por difundir mentiras, bulos o informaciones falsas. Sin embargo, desde Público argumentan que Ok Diario ha recibido condenas previas por parte del Tribunal Supremo y que diversas verificadoras han desmentido informaciones publicadas por el medio dirigido por Inda.
En respuesta a esta demanda, Público ha reiterado su compromiso con el periodismo riguroso e independiente, calificando el litigio como un intento de amedrentarles. Desde la cabecera de Virginia Pérez aseguran que no cederán ante presiones judiciales que consideren un ataque a la libertad de prensa. “Que Inda presente una demanda contra nosotros nos da más fuerza para seguir luchando por el periodismo en el que creemos”, han declarado.
Distribución de publicidad institucional
El caso aborda la desigual distribución de la publicidad institucional que, según Público, favorece a medios afines al gobierno local en detrimento de otros. Desde el medio denuncian que esta práctica refuerza económicamente a ciertos periódicos y siempre a los mismos.
La demanda de Inda reabre el debate sobre la financiación pública de los medios de comunicación y los límites entre la crítica periodística y la desinformación.