El conseguidor de la trama Koldo, Víctor Gonzalo de Aldama, se presentó ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno como una persona con relación con la unidad antiterrorista de la Guardia Civil, con el FBI y hasta con la CIA, de tal forma que lamentó el operativo de 38 agentes que, según dijo, el instituto armado utilizó para detenerle, durante el que tanto él como su esposa fueron encañonados y fueron separados de su hija. «Igual podían haber hecho con el señor Puigdemont cuando fue a Barcelona», agregó el imputado, pero su abogado, José Antonio Choclán, no le dejó continuar.
«Es que es muy triste», todavía pudo decir Aldama, que previamente había asegurado que al comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba, también imputado en el caso Koldo, le entregaba 2.000 euros mensuales para que le proporcionara dispositivos nuevos cada mes para su seguridad y «para la seguridad de la unidad» antiterrorista del instituto armado, la UC2, con la que dijo que colaboraba, extremo que ha sido negado desde el cuerpo.
«Yo por mis viajes a México y por mis viajes a Venezuela, y por una serie de cosas, actúo con la UC2 para darle una serie de información. Podemos recordar que la UC2 es una unidad de antiterrorismo y creo que ahí no tengo que decir nada más, porque ya estaríamos a lo mejor hablando de un tema de seguridad nacional», señaló para justificar los pagos que recibió el agente que ha tenido que depositar una fianza de más de 88.000 euros en el caso Koldo.
«¿Y cada vez que viajaba cambiaba de teléfono?», le preguntó su abogado ante el juez Moreno y el fiscal de Anticorrupción Luis Pastor. «Sí, incluso en el país», respondió Aldama, que a la cuestión de por qué lo hace, contestó con un «porque tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil no tienen medios suficientes, o no se los da el Ministerio de Interior y recurren a gente como yo».
Y en ese contexto enmarcó que le había comprado un dron a la UC2, que había estado «en Logroño con el GAR en unas historias especiales y disparando«, y que había recibido una medalla de la unidad antiterrorista, que se había publicado en el BOE y que ahora Interior está estudiando retirarle. Añadió que tenía «relación con el FBI» y la CIA, para a renglón seguido lamentar el dispositivo en el que fue detenido.
«Ojalá no hubiera tenido que vivir el episodio triste que viví en mi casa con 38 personas de la UC2 como si fuera un terrorista, poniéndome la escopeta a mí y a mi mujer en la cabeza y dejando a mi hija…, que igual podían haber hecho con el señor Puigdemont cuando fue a Barcelona«, se lamentó Aldama, en referencia a la visita que el expresidente catalán realizó en agosto coincidiendo con la investidura del presidente de la Generalitat. Pese a tener pendiente una orden nacional de detención por su responsabilidad en el ‘procés’, puesto que está procesado en rebeldía por el Tribunal Supremo, no fue arrestado y se perdió en la multitud tras pronmunciar un discurso.
Choclán le impidió continuar su reflexión sobre el expresidente catalán y volvió a centrarse en el objeto de la causa en la que está imputado. En concreto, a continuación pasó a interesarse por el pago de dádivas al exministro José Luis Ábalos, al que se le proporcionó un chalé en la Costa del Sol y un piso para su pareja en ese momento, así como el pago de 650.000 euros en metálico, según la última declaración de Aldama.