Reservados “sin cobertura” y varios apartamentos. Estos son algunos de los detalles que dan forma al restaurante El Ventorro, en pleno centro de Valencia y que en los últimos días ha ocupado infinidad de medios de comunicación debido a la comida que mantuvieron el president de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y la periodista Maribel Vilaplana el pasado 29 de octubre, coincidiendo con lo peor de la DANA.
José Luis Bayo, exdirigente del PP en la Comunidad Valenciana, ha desvelado en el programa de Ana Terradillos, en Telecinco, que el local está compuesto de varias aturas y que, en alguna de ellas, no hay cobertura. En concreto, el político lo define de la siguiente manera: “El restaurante contempla todo lo que es un edificio. Es un restaurante que tiene dos alturas. Es verdad que en determinadas zonas de esta altura, en uno de los reservados que hay, prácticamente no hay cobertura, se pierde”.
La misma persona explica que el sitio hace las veces de apartamento turístico o Airbnb para estancias cortas. “La primera altura de ese restaurante, que ya es un apartamento… Es como si fuera un apartamento en el que las habitaciones están destinada a reservados”, estima; y añade: “Tiene un pequeño office, que es la que da servicio a esos pequeños reservados, que son más un complejo de piso de alquiler, pero que están organizados como reservados”.
En resumen, y a sabiendas de que a priori puede resultar un poco farragoso, Bayo cuenta que el enclave en sí es un restaurante, pero que el primer piso, que también pertenece al dueño del Ventorro, se utiliza “en ocasiones como apartamento turístico y otras veces como reservados”.
Reunión entre Mazón y Vilaplana
Político y periodista comieron en le restaurante El Ventorro entre las 15:00 y las 17:00 horas de la tarde del 29 de octubre, mientras tenía lugar la reunión del CECOPI y se debatía la forma en la que proceder, especialmente respecto del sistema de alertas. Este encuentro provocó que Mazón no llegara hasta dos horas más tarde al de emergencias.
La reunión entre ambos se produjo para Mazón ofrecerle la dirección de À Punt, lo que no solo ha tenido efectos sociales -en cuanto a que el hecho le ha añadido presión al president Mazón- y políticos, sino también televisivos (aunque estos son asimismo políticos en última instancia).
En este sentido, el hasta ahora director general de la televisión valenciana, Alfred Costa, dimitía el pasado miércoles de su cargo. El periodista anunciaba su “dimisión irrevocable” alegando “motivos personales” después de más de cuatro años en el cargo.
Costa señalaba que la decisión era “fruto de una profunda reflexión personal y profesional” y expresaba su deseo de que la renuncia “permita acelerar el proceso de transformación de los medios públicos de comunicación que prevé la ley”.
La renuncia llega en un momento en el que la radiotelevisión pública valenciana ha demostrado su compromiso como ente público, por lo que el director ha querido destacar el “esfuerzo titánico que nos ha permitido reconectar como nunca con buena parte de la ciudadanía”.
“Nuestros valores de transparencia, independencia y proximidad han resonado tanto en casa de cientos de miles de ciudadanos que han confiado en À Punt desde el primer minuto de la tragedia”, añadía en una carta dirigida a la plantilla a la vez que se acordaba de todo el equipo con unas palabras de agradecimiento. “ (Todos) aceptaron el reto de sacar adelante un proyecto empresarial y televisivo en que se sintieran representados todos los valencianos sin excepción alguna”.