Pep Torro en realidad no se apellida así. “Si pones Pep Galmés Pascual nadie va a saber quién soy, así que mejor pon Pep Torro”, pide a este diario. Pep es propietario de una finca rústica con una casa – “todo es legal”, asegura- en la zona de Sa Gruta en Porto Cristo. Desde hace unos diez años, padece robos constantes y “también la entrada de personas que vienen a dormir y a pasar la noche. Me he encontrado con colchones y con que han empleado la chimenea”, explica. Tras un episodio “muy desagradable” con unos okupas que se instalaron en su finca “hace unos siete años”, ha vuelto a sufrir ahora una nueva usurpación en su casa. “El domingo nos avisaron de que habían entrado y han puesto un candado en la barrera de entrada”, explica desesperado.
Torro tiene su domicilio habitual en Palma, pero es propietario también de esta finca y casa de campo que “ahora es del todo inhabitable” y heredó de su hermano. «Mi padre la construyó con sus propias manos. Empecé a arreglarla y recuperarla, pero mi suegra se puso enferma y fui su cuidador principal, mi mujer era la que trabajaba”, comenta. Torro había regresado a la finca en los últimos tiempos para sembrar y sacar rendimiento agrícola del terreno. “Mis padres sembraban guisantes y yo también los he sembrado, además de habas, a finales de octubre para tener ahora. Todo esto lo voy a perder”, cuenta.
Okupas con dos perros de razas peligrosas
“De momento sé que ha okupado la casa una pareja de entre 35 y 36 años que tienen dos perros de razas peligrosas. Me lo han contado los vecinos. Y también sé que han entrado en la casa y han ido a la parte de arriba de la misma, que está en peligro de derrumbe porque el tejado y las vigas están en mal estado”, cuenta. “Estas personas corren peligro estando en esta casa”, asegura. El candado que han colocado en la entrada es la verja de un camino que tiene servidumbre de paso y que está en la finca de Pep Torro. “Es para llegar a la finca de una prima mía, en la escritura está puesto así, que tiene derecho de paso, y esta gente lo ha cerrado”, asegura.
“Además, los okupas han enganchado una manguera a un contador de agua que era de mi padre pero que lo compró un vecino. Están cogiendo el agua de ahí”, cuenta.
Pep ha puesto denuncia en la comisaría de la Policía Nacional de Manacor. “Me han dicho que es mejor que no toque nada, ni el candado ni la manguera. Ahora mismo no sé qué hacer. También he ido a la Guardia Civil, al Seprona en Vilafranca, a denunciar”.
Robo de maquinaria agrícola
Además de las dos okupaciones, a Torro le han robado toda la maquinaria agrícola que tenía. “Un motocultor, una motosierra, herramientas antiguas, dos bombas de agua que tenía dentro de una cisterna, unos arados de tractor, una fresadora, una alternadora…”. “He dejado de ganar dinero por todos estos robos y no tengo la capacidad económica para ir reponiendo cada máquina que me roban”, señala.
Pep Torro asegura que él no quiere vender a una empresa o a un extranjero la finca. “Los que tenemos una casa en fora vila pero no tenemos dinero parece que molestamos. Las autoridades no han solventado estos robos y okupaciones que padecemos sobre todo los que no tenemos recursos para poner cámaras de seguridad y alarmas, como sí tienen los chalés de los ricos”, señala. “El sistema está montado para que yo me canse y me aburra de esta situación para así vender la casa al que sí tiene dinero para hacer un chalet con piscina o un hotel rural para turistas. En esta zona ahora ya son casi todo chalés con piscina, muchos de alquiler vacacional, hoteles, etc. Yo no quiero sucumbir a eso. Yo tengo la casa de mis padres y tierra que voy cultivando, pero es que es imposible. Fora vila ya está enfocado a la especulación y a hacer dinero. Los demás estorbamos”, denuncia.