El Papa Francisco sugirió recientemente que Israel estaba cometiendo “genocidio” en su campaña contra Hamás. Mientras el papa estaba ansioso por aplicar el término a los terroristas musulmanes que morían en la guerra, ha mostrado reticencia a aplicarlo a los cristianos que están siendo masacrados por musulmanes en el Medio Oriente.
Más de 50,000 cristianos fueron masacrados por musulmanes en Nigeria. Decenas de iglesias fueron atacadas, algunas en Navidad, sin que el papa condenara nunca esto como genocidio.
En 2016, después de que millones de cristianos huyeran de la violencia islámica en Nigeria, Irak, Siria, Egipto, Pakistán y gran parte del mundo musulmán, el Papa Francisco rechazó llamar a eso, genocidio.
“Quiero dejar claro que no me gusta cuando la gente habla de un «genocidio de cristianos», por ejemplo en el Medio Oriente”, argumentó el Papa Francisco, y afirmó que prefería el término “martirio”.
Los comentarios del papa representaron un retroceso respecto a su reacción un año antes ante el secuestro y asesinato de sacerdotes en Siria, cuando declaró que “una forma de genocidio — insisto en la palabra — está ocurriendo, y debe terminar”.
A lo largo de un año, el Papa Francisco decidió no seguir llamando asesinato de cristianos, un “genocidio”.
Una semana después, visitó Armenia, en las líneas del frente de una guerra con un país musulmán y usó el término “genocidio” como una referencia puramente histórica, mientras no lo utilizó para describir el tratamiento contemporáneo de los cristianos en el Medio Oriente, donde admitió que “las minorías religiosas y étnicas se han convertido en blanco de persecución y trato cruel, hasta el punto en que sufrir por las creencias religiosas se ha vuelto una realidad diaria”.
También se negó a nombrar a los perpetradores musulmanes, limitándose a quejarse sobre “una presentación de la religión y los valores religiosos de una manera fundamentalista, que se utiliza para justificar la propagación de odio, discriminación y violencia”.
El rechazo del papa a abordar el tema del terrorismo islámico fue un problema constante.
En 2014, el Papa Francisco se reunió con una delegación del Congreso Judío Mundial para condenar el asesinato de cristianos en el Medio Oriente.
El presidente del WJC, Ronald Lauder, un donante republicano, preguntó después de la reunión: “¿Por qué no reacciona el mundo? Ha habido un enfoque tremendo sobre Israel cuando se defendió, como lo haría cualquier país, cuando miles de cohetes fueron disparados contra él por terroristas, pero no se ha dicho una palabra sobre los miles de cristianos en Irak, Siria y el Medio Oriente”.
Lo extraño fue que la pregunta provenía de un líder judío y no del papa.
Lauder afirmó que el papa le dijo “privadamente” que “primero les tocó a ustedes y ahora nos toca a nosotros. Es decir, primero los judíos sufrieron ataques salvajes que fueron recibidos con el silencio del mundo y ahora son los cristianos los que están siendo aniquilados y el mundo guarda silencio”.
El Papa Francisco claramente hacía referencia a la amenaza que con frecuencia escuchan los cristianos del Medio Oriente, “Primero los del sábado, luego los del domingo”, pero no estaba dispuesto a decirlo en voz alta.
Aún peor, cuando el Papa Francisco se reunió con una delegación del WJC en 2016, su enfoque estuvo en la importancia sagrada de traer más musulmanes a Europa. A principios de ese año, terroristas musulmanes habían bombardeado el Aeropuerto de Bruselas y una estación de tren, matando a 32 personas e hiriendo a cientos más.
El Papa Francisco, en lugar de condenar la horrenda migración masiva que había traído a terroristas musulmanes al corazón de Europa para asesinar a cristianos, afirmó que “Europa a menudo olvida que ha sido enriquecida por los migrantes” porque tiene una tasa de natalidad en declive y le falta “creatividad” que los migrantes musulmanes le aportaban.
“Necesitamos reflexionar sobre la integración, que es importante. Las personas que cometieron los ataques terroristas en Bélgica no estaban debidamente integradas”, argumentó.
Llevar migrantes musulmanes a Europa se convirtió en una de las grandes obsesiones del papa.
En 2024, el Papa Francisco afirmó que rechazar las fronteras abiertas y la migración masiva era un “grave pecado”. Previamente, había lavado los pies a migrantes musulmanes y afirmó que “la presencia de Dios hoy también se llama Rohingya” en referencia a un grupo musulmán invasivo de migrantes que había sido expulsado de Birmania después de participar en violencia sistemática contra budistas.
Algunos judíos han reaccionado a la acusación de genocidio del papa acusándolo de antisemitismo, pero no hay razón para pensar que él sea prejuicioso contra los judíos de una manera particular. Más bien, el Papa Francisco tiene una tendencia políticamente correcta de acusar a los cristianos y judíos, y a otros grupos, de genocidio, especialmente cuando se resiste al islam, mientras se niega a hablar en contra del terrorismo islámico.
Así como el papa ha estado dispuesto a acusar a Israel de genocidio, también ha estado demasiado dispuesto a acusar a los cristianos de genocidio. En Ruanda, el Papa Francisco culpó a la Iglesia Católica por el genocidio en ese país y pidió perdón.
Después de una visita a Canadá, el Papa Francisco describió las supuestas muertes de niños indígenas en escuelas de la iglesia como genocidio. “Pedí perdón por esta actividad, que fue genocidio”. Más de 80 iglesias católicas han sido quemadas en Canadá debido a las muertes que podrían no haber ocurrido.
El papa puede acusar a cristianos y judíos de genocidio, pero parece no ser capaz de usar el término para describir el verdadero genocidio musulmán de cristianos que está ocurriendo en todo el mundo.
En Nigeria, la masacre de 50,000 cristianos no ha sido condenada por él como genocidio.
El Papa Francisco está dispuesto a describir las muertes de los terroristas musulmanes y sus escudos humanos como genocidio, pero no el asesinato masivo de cristianos orando en las iglesias en Navidad.
No contento con traicionar a las comunidades cristianas en todo el mundo, exige que Europa acepte un flujo interminable de migrantes musulmanes invasores hasta que París, Londres y Bruselas sean tan inseguras para los cristianos como Nigeria.
El Papa Francisco ha difamado a Israel, pero él es el que está permitiendo un genocidio cristiano mundial.
Sobre el autor: Daniel Greenfield, becario de periodismo Shillman en el Centro de Libertad David Horowitz, es un periodista de investigación y escritor centrado en la izquierda radical y el terrorismo islámico.