Juan Roig, presidente de Mercadona, ya ha repartido seis millones de euros de su iniciativa Alcem-se para impulsar la recuperación de los negocios arrasados por la dana. Los primeros 800 beneficiados han recibido la ayuda en menos de 24 horas desde la tramitación y aprobación. El objetivo de la iniciativa, que costea a fondo perdido Juan Roig, es reactivar lo antes posible el tejido económico de las zonas afectadas para reducir al máximo el número de empresas valencianas que cierran. Pymes, comercios, startups y autónomos reciben la ayuda con el compromiso de reabrir.
Marina de Empresas (fundada por Roig y que engloba EDEM, Lazandera y Angels) ha puesto a trabajar a un equipo de 150 personas en el proyecto Alcem-se, que cuenta con un presupuesto de 25 millones de euros. Marta Nogueras, directora general de Lanzadera, explica que la ayuda está dirigida a negocios de entre uno y veinte trabajadores. A diferencia de las subvenciones de la Administración, estas ayudas son directas y muy rápidas. «Es muy importante ser ágiles. En una semana ya hemos conseguido llegar a 800 negocios afectados. Queremos que la ayuda tenga un impacto directo y sea finalista para que reabran cuanto antes», subraya.
8.000 negocios afectados
Los responsables de la iniciativa han dimensionado la ayuda partiendo de un informe de la Cámara de Comercio que apunta que hay 8.000 negocios afectados en Valencia. De momento, Marina de Empresas ha recibido 4.800 solicitudes y ya tramita 3.400. Las ayudas pueden alcanzar hasta 10.000 euros por negocio, aunque el importe medio que se está concediendo es de 8.000 euros (para tratar de llegar al máximo de beneficiarios posible). Además del dinero, los afectados reciben asesoramiento. «Los escuchamos y les ayudamos en necesidades como búsqueda de proveedores para que puedan recuperar su stock o maquinaria», señala Nogueras.
RobertÒptic
Roberto Cuartero, propietario de la óptica RobertÒptic, ha sido uno de los primeros beneficiarios. La óptica de Cuartero está en La Torre (València), la riada arrasó su establecimiento a las 20.12 horas del 29 de octubre y a la mañana siguiente un grupo de saqueadores se llevó el poco género que se había salvado. Cuartero calcula que necesita una inversión de 300.000 euros para devolver el negocio a su estado anterior. «Mi intención es reabrir cuanto antes», insiste. De momento, la ayuda de Juan Roig le va a servir para iniciar los trabajos de rehabilitación de la óptica. «Me las aprobaron a las 13.00 horas y por la tarde ya tenía ingresado el dinero. Ha sido my rápido», afirma.
Cuartero, que alcalde pedáneo de La Torre la legislatura pasada, reconoce que devolver el negocio a su estado original va a depender de los pagos del seguro y añade que su prima era muy cara porque siempre declaró «el valor real. Espero que eso me salve».
Escuela infantil
Mónica Martínez, propietaria de la escuela infantil El Cuquet 2 de Benetússer, apunta que la riada causó graves daños en la fachada, la cocina, el suelo y las paredes, aunque lo más importante es que los 85 niños de entre cero y tres años que atienden a diario entre ocho trabajadores ya estaban fuera cuando llegó el agua. «Cada vez que lo pienso, se me saltan las lágrimas. Si pasa durante el horario lectivo, no salimos porque son niños que necesitan ayuda para todo», admite. Martínez, que tiene dos escuelas afectadas y que ha sufrido pérdidas «por encima de los 200.000 euros», destaca la celeridad de las ayudas tramitadas por Marina de Empresas. «Llamamos por teléfono, remitimos la información y nos han concedido 8.000 euros. Queremos reabrir en diciembre», subraya.
Ciclos Vicent
José Vicent, propietario del taller de bicicletas Ciclos Vicent de Catarroja, tiene claro que va a reabrir a pesar de que él ya ha cumplido 82 años. Ana Vicent, su hija, incide en que han pedido las ayudas de Juan Roig porque quieren reabrir cuanto antes. «Es un negocio familiar fundado en 1940 y lo va a continuar la tercera generación. Mi padre empezó en el taller con 13 años y es su vida», confiesa. El agua, que pilló a las 18.30 horas a José Vicent en el taller, superó los dos metros y él se salvó con la ayuda de unos vecinos. «Marina de Empresa nos ha concedido 8.000 euros. Con eso podemos empezar a reparar el taller y comprar una persiana», declara.