El presidente del Observatorio de Catástrofes de la Fundación AON España, Pedro Tomey, destacó ayer durante la presentación en Madrid del Barómetro de Catástrofes de 2023 que la devastadora riada provocada por la dana del 29 de octubre en la provincia de Valencia, que ya suma 221 muertos, «va a ser el peor evento catastrófico de los últimos 50 años».
Tomey explica que dicha dana «va a romper todas las series estadísticas de España, tanto en víctimas mortales como en daños económicos». Los 221 muertos contabilizados hasta hora en Valencia (230 si se suman los 8 fallecidos que dejó este episodio de precipitaciones extremas en el resto del país), casi igualan las 235 vidas que se han cobrado las inundaciones desde 2000 a 2023 en España según la Fundación AON.
El año pasado las catástrofes naturales, apunta Tomey, «provocaron 37 muertes en España (6 de ellas en la C. Valenciana), la mayor parte de ellas, 24, por olas de calor y por las altas temperaturas, pero ya hubo 9 por inundaciones». El resto fueron causadas por el viento (3) y los incendios forestales (1).
Las pérdidas humanas de 2023 por catástrofes naturales en España fueron inferiores a las de 2022, año en el que se registraron 45 muertes, y también estuvieron por debajo de la media del siglo XXI, que es de 49 fallecidos al año. Por tanto, las víctimas mortales de la dana del 29 de octubre en Valencia casi quintuplican la media anual de muertos por catástrofes naturales de este siglo.
Según la agencia EFE, la dana de Valencia es el peor siniestro desde la riada que el 19 de octubre de 1973 arrasó el sureste de la Península y provocó casi 180 víctimas mortales en Murcia y Andalucía.
Récord de pérdidas
El barómetro de la Fundación AON cifra en 4.450 millones de euros el coste total de las catástrofes producidas en España en 2023, 1.550 millones (un 53,5 %) más que en 2022. Esta estadística, que supone un récord en las cifras agregadas del coste de las catástrofes en España, «desgraciadamente», lamenta Tomey, «saltará por los aires este año con la impagable tragedia en vidas humanas y los incalculables daños materiales y psicológicos que deja la dana».
Las inundaciones del pasado 29 de octubre, prosigue el presidente del Observatorio de Catástrofes, «van a romper todos los techos que teníamos en impacto económico, pues estamos seguramente ante el evento catastrófico más importante de los últimos 50 años no solo por todos los daños materiales que ha producido esta terrible dana sino también por las pérdidas humanas».
Ante el aumento del impacto de las catástrofes naturales, especialmente las olas de calor y las inundaciones que los expertos atribuyen al cambio climático, apuesta por «aumentar la inversión en prevención y mejorar la educación en el riego de la población». «No podemos obviar el impacto de los fenómenos de la naturaleza., por tanto el tener una educación desde pequeños en autoprotección es importantísimo», añade.
Otro punto crucial para Tomey, «que se ha puesto de manifiesto en esta dana es la necesidad de que las alertas tempranas lleguen en el momento a la población de forma adecuada. Tenemos sistemas tecnológicos muy avanzado para que esas alertas lleguen en el momento oportuno y con la antelación suficiente para proteger vidas y bienes». Y, por último, subraya la importancia de «reducir la brecha de bienes no asegurados, que son el 45 %, para que las pérdidas pues al menos sean compensadas».