Los veterinarios se han plantado hoy a las puertas de la Consejería de Agricultura ante el temor de que el cambio de empresa en la gestión de los servicios veterinarios impacte en los 122 puestos de trabajo. Son los profesionales que se dedican al servicio de saneamiento animal en la comunidad. Hoy han protagonizado una sonora pitada a las puertas de la Consejería.
Hasta ahora, todos ellos prestaban su servicio con Eulen desde el año 2013, si bien el contrato de toda la plantilla concluye el 30 de noviembre y pasará a ser gestionado por Tragsa. Según UGT, la Junta no tuvo en cuenta la subrogación de los empleados. “Esto es una injusticia muy gorda, sin saber el porqué. Podríamos seguir haciendo nuestra labor. La Junta no quiere escuchar», ha lamentado una auxiliar veterinaria.
Labor acreditada
“Se quedan en la calle por una decisión que nada tiene que ver con su profesionalidad, perfectamente acreditada a lo largo de sus 13 años, cuidando de la salud de la cabaña ganadera de la comunidad”, denuncian desde el sindicato UGT.
“Es triste que todas estas familias nos vayamos a la calle sin saber qué va a pasar”, comenta una auxiliar afectada por el cambio de adjudicataria.
Nueva adjudicataria
La adjudicación del contrato del saneamiento ganadero a Tragsa se ha realizado sin concurso previo y con un coste de 6,5 millones de euros, dos millones más que la anterior, y “además de ser más cara se niegan a subrogar a los 122 trabajadores de Eulen”.
Para los representantes de UGT “está claro que el empleo y la estabilidad no se encuentran entre las prioridades de Tragsa ni de la consejera de Agricultura”.